Por Roberto Marra
Si uno observa con detenimiento el desarrollo de la comercialización de los productos de consumo masivo, los elementales para el sostenimiento de la vida de las personas (tal y cual como esa vida se da en estos tiempos), se podrá notar que todo se basa en un continuo reacomodamiento de precios, sólo justificado por la invariable avaricia de los que ejercen los oligopolios o monopolios de producción, distribución y venta al mayoreo. Después están las disculpas, esas constantes retahilas de discursos justificadores de semejante ejercicio de codicia ilimitada que poseen estos actores fundamentales para limitar el acceso al alimento y otras necesidades básicas de grandes sectores de la población.