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A pesar de que la Industria de la Guerra
campea impúdica e impune por todo el planeta, ninguna de las corrientes y
definiciones “al uso” de la Ética ocupa las “primeras planas” de la prensa.
Salvo episodios de conveniencia comercial, para temas mayormente
intrascendentes, la Ética y sus comités son materia de olvido sistemático. Eso
expresa con toda claridad qué realmente le interesa a la ideología de la clase
dominante enemiga acérrima de la vida, del planeta, de la honestidad y de la
verdad. Arte paradojal de licuar valores sociales con silencio propagandista. Y
lo pasan por la tele.
Urge esclarecer
los innumerables problemas que la Industria de la Guerra que nos ha impuesto.
Urge la crítica sobre los valores belicistas y su violencia como praxis
hegemónica global. Y también urge un mundo en Paz y con Ética nueva como
ciencia indispensable para el análisis científico del conjunto de las relaciones
sociales, sus penurias, sus contradicciones y sus planes de salida del
Capitalismo. Ciencia Ética con rigor teórico, creatividad y búsqueda de nuevos
horizontes pero con fidelidad a lo mejor del espíritu de los clásicos, de la
Ética emancipadora que debe servir a la humanidad frente a las aberraciones
macabras de la Industria de la Guerra en “tiempo real”.
No vamos a
enloquecer a pesar de lo irracional de la “modernidad” maquillada con
desarrollo tecno-científico mercantil insaciable; anárquico, inequitativo,
anti-democrático, gobernado por la mediática monopólica, el secuestro de la
economía, la privatización y transnacionalización de los monopolios
productivos. El desempleo descarnado, la esclavitud y la humillación de
millones de personas sometidas a los caprichos del mercado, a las aberraciones
de la propiedad privada y a la acumulación del capital, mundialmente.
La Ética hoy, que
no es “noticia”, es una necesidad prioritaria contra las matazones de un
negocio apocalíptico. Vivimos una época urgida de libertad, igualdad y
fraternidad contra la irracionalidad del negocio de la Guerra. La Ética no es
“cabecera” de los diarios como vía para la realización de un nuevo paradigma de
relaciones sociales. No es noticia la Ética dirigida a emancipar toda la vida
intelectual desde la esfera de las ciencias –también- para nutrirse con
esperanzas y credibilidad nueva producto de su propia praxis bajo el conjunto
de condiciones concretas que se desarrollan en el período histórico actual.
Es que el desafío
de la Ética contra la lógica del mercado bélico no es la negación de las
relaciones económicas sino su control socializado con justicia social y contra
la versión burguesa que no toma en cuenta el desarrollo armónico de las
naciones ni le importa la pobreza extrema que hoy existe por la explotación
feroz y el secuestro de la plusvalía cada día más cínico e impune. La Industria
de la Guerra (perogrulladas aparte) no conduce sino al colapso de la vida toda.
Es una industria que todo lo convierte en mercancía destructiva para derrotar,
también, a los valores en sus condiciones actuales de existencia y demoler lo
racional para manipular en clave alienante todas las potencialidades humanas.
No es ocioso exigir los aportes de la Ética para crear un mundo nuevo, el mundo
de lo social y de la dignidad humana, lo mismo individual que colectiva. La
reivindicación de la Ética es un clamor humano, que exige su realización
política para la comprensión crítica y la superación de la sociedad capitalista
sus procesos políticos, económicos y morales. Ética en defensa de la Humanidad.
Siendo como es la
Industria de la Guerra, la actividad económica más fuerte del planeta y que no
sólo implica la fabricación de armas sino el desarrollo de especialidades
médicas, textiles, químicas, físicas… la Ética que necesitamos es la del
espíritu crítico para defender el derecho a discrepar de la muerte impuesta,
para asegúranos valores en la participación y en la socialización en nuevas vías
revolucionarias hasta devolvernos el derecho al desarrollo de la creatividad y
forjar una nueva sociedad. Ya que la Ética se ha quedado con “poco público” en
los mass media dominantes, una tarea urgente es lograr que el trabajo humano
recobre su verdadero sentido humano y que la Ética sea el medio de satisfacer
una alta necesidad de dirección revolucionaria y no un simple medio de juicios
individualistas, relativistas y universalistas.
Hoy más que nunca
el papel de la Ética es rejuvenecerse como herramienta social, como forma de la
praxis transformadora del mundo y contribuya a elevar la conciencia de la
realidad para ser útil en la construcción de una nueva sociedad. Muchas
verdades burguesas se han venido a tierra, cientos de dispositivos ideológicos
de clase no han resistido el contraste con la realidad y algunas esperanzas
oligarcas se hayan desvanecido bajo el soplete de la lucha de clases. No
obstante el negocio de la Guerra sigue intacto. Reclamemos con insistencia una
Ética para la supervivencia de la humanidad.
Nos urge una
Ética como herramienta de análisis científico que no sea a-política, que no sea
indiferente al conflicto histórico entre las clases sociales y que no sea sólo
para la contemplación. Ética con carácter histórico para responder a las
necesidades concretas en expresión normativa y dialéctica, que entrañe la
crítica al capitalismo y resalte los valores de comportamiento práctico para
convertir en transformación real la lucha. Ética imbricada con la praxis para
la crítica de lo existente, concretamente del capitalismo, y crítica de todos
los males sociales engendrados por él. Ética para la acción directa en lo
“deseable, lo posible y lo realizable”. Sánchez Vázquez dixit.
Es verdad que la
Ética por sí misma no garantiza que la transformación del mundo se cumpla, pero
ese es su reto si pretende ser Ética nueva como programa humanista que no quede
en ilusión, imposible de realizar, en una entelequia o en un fracaso. Ética
para los actos organizados y efectivos que se dirijan a la práctica y, en
particular, para resolver la crisis de dirección revolucionaria que es
determinante hasta hoy.
Contra toda ética camaleónico-reformista de fuente subjetivista,
consumista o individualista… contra los antivalores de la esclavitud de cuerpos
y conciencias, contra el inmediatismo relativista, contra el empirismo y contra
el criticismo… la Ética para la emancipación es más necesaria que nunca porque
el capitalismo, en su expresión como Industria de la Guerra, no hace más que
empeorarlo todo incesantemente. El capitalismo no es eterno por eso la
perspectiva de una Ética renovada “necesaria, deseable y posible” es cada día
más una urgencia para el presente. No podemos seguir esperando, estamos bajo la
metralla y bajo los bombardeos que son letales y que son un gran negocio
burgués. Hay que hacer visible lo que no se aunque esté a la vista.
*Publicado en “Con Nuestra América”
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