El primer paso para no solucionar un problema, es ignorar la realidad. Pero ignorarla a propósito, para que no sea ella la que imponga un camino hacia la dilucidación del conflicto de intereses en que, generalmente, deriva cualquier dificultad o brete en que se encuentre. El segundo peldaño hacia el sótano de los errores garrafales, es el que se baja con la soberbia de quienes proponen y construyen esas incongruencias con los hechos verdaderos, acompañados con la imprescindible manipulación comunicacional, de manera de asegurarse apoyos masivos a semejantes procedimientos atentatorios contra la razón y sus evidencias.