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viernes, 7 de junio de 2019

DICHOS Y HECHOS

Imagen de "BBC.com"
Por Roberto Marra
Dicen que “cuanto más se vive más se aprende”. Pero no hay certeza de ello si se vive en Argentina, donde la repetición de la historia se ha hecho costumbre. Un País donde “Dios le da pan al que no tiene dientes”, para que haga y, sobre todo, deshaga todo lo que signifique crecimiento de justicia social, independencia y soberanía. Una Nación donde se señalan culpas ajenas con el simple “algo habrán hecho”, último escondite de quienes nada hacen nunca. Una sociedad capaz de aceptar ser conducida por un “ladino como burro dañino”, sabiendo de antemano que “con leña verde no se prende el fuego”.
Por más que nos aseguren que “un tropezón no es caída”, duele sobremanera transcurrir los días en una permanente sobrevivencia, perdiendo el valioso e irrecuperable tiempo de felicidades sometidas al oprobioso consentimiento del “amo” imperial, aceptando a pie juntillas aquello de que “porque te quiero te aporreo”, una expresión masoquista con la que nos vienen dominando estos esclavistas “producidos” como gerentes, representantes de una clase donde “el que no corre, vuela”.
Están, además, aquellos que pretenden reemplazar al malicioso habitante de la Rosada, esgrimiendo discursos falaces sobre diferencias imposibles, esos que nos repiten lo de “a pan duro, diente agudo”, para darnos una idea de por donde caminarán sus propuestas de hambre y repetición de la historia, acoyarados al calorcito del fuego del Poder. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, es lo que resume con prístina claridad a estos personajes devenidos candidatos por la fuerza del dinero que invierten en ellos los que, en realidad, gobiernan por detrás de las bambalinas.
Árbol que crece torcido ya nunca se lo endereza”, son las sabias palabras populares que sale decir ante tanta procacidad politiquera. Porque sabemos que “pan con pan, es comida de zonzos”, resulta imposible aceptar que semejantes carroñeros se apoderen (ora vez) de nuestros destinos. Y si “quien siembra vientos, recoge tempestades”, estos son los candidatos que merecen una ”tormenta perfecta” de votos en contra, que apabullen sus memorias para evitar sus regresos.
Porque “ventajear al ventajero no es pecao para el infierno”, es hora de despertar del letargo mediatizado y someter al sometedor, antes que seamos arrasados por el fraude y la traición. Para eso, siempre “es mejor buscar la fuente que seguir la corriente”. Y sabiendo que “más vale prevenir que curar”, asegurarnos de contar con “zapatero para tus zapatos”, es decir, auténticos representantes de las ideas probadas tantas veces, como vencidas por tener en “casa de herrero, cuchillo de palo”.
Siempre que llovió paró”, decía jocosamente el genial Olmedo en sus scketchs. Pero la “lluvia” actual no produce risas, sino lágrimas incontenibles de dolor y de impotencia ante la miseria programada por los capangas del horror. Como “caer está permitido, pero levantarse es obligatorio”, el Pueblo tiene ahora la palabra y la acción en sus manos. Y aunque se nos diga hasta el cansancio que “del dicho al hecho, hay un largo trecho”, ya será imposible detener la marea popular que confirme que “cuando el río suena, agua lleva”. Y porque “no hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague”.

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