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miércoles, 5 de abril de 2017

CURARSE EN SALUD

Imagen de PanAm Post
Por Roberto Marra

La prevención siempre es positiva. Adelantarse a los hechos, estudiar sus consecuencias potenciales, elaborar estrategias que se deriven de las necesidades emergentes de esos procesos previsibles, son los caminos virtuosos para cuidar la vida y los bienes de las personas.
La aplicación de medidas preventivas de resguardo a la salud, por ejemplo, forma parte de las mejores formas de administración de los recursos presupuestarios, para el País, la Provincia o el Municipio. Claro que prevenir no es solo aplicar vacunas o fumigar a los mosquitos, por más importante que esto sea.
Muchos rubros intervienen en el mantenimiento de la salud que no dependen de tratamientos, sino de los más simples actos cotidianos de todo ser humano: alimentarse correctamente en cantidad y calidad; acceder al agua potable; eliminar las excretas con sistemas cloacales; evitar las contaminaciones de la tierra, el agua y el aire; educarse; transportarse; acceder a trabajos dignos con remuneraciones acordes.
Es que la salud bien entendida no es solo física. También la psiquis se enferma ante la pérdida de los derechos más elementales. También los espíritus flaquean ante las injusticias aberrantes a las que se someten a los seres humanos. También se pueden perder los valores que se suponían arraigados en las simples almas de las mayorías, cuando se las somete a la denigración de la miseria material.
A sabiendas de tales contextos, los poderosos, que sí son previsores cuando se trata de defender sus intereses mezquinos, alimentan (miren que paradoja) las reacciones de los empobrecidos por las injusticias que ellos les fabrican, direccionándolas hacia otros pobres (en general, más pobres que ellos) que, más esclarecidos, conscientes o desesperados, han aprendido a luchar para cambiar la dura realidad a la que se los somete.
La prevención, entonces, deberá convertirse en un aprendizaje indispensable de los pueblos, que suelen despreciarla, creyéndola una pérdida de tiempo, por lo cual sus destinos terminan siendo dominados por los (sí previstos) caminos a la miseria trazados por sus enemigos. Y si la ignorancia forma parte esencial de ese proceso viciado por el Poder y sus medios de comunicación, su eliminación será, a la sazón, el primer paso para rescatar aquel viejo concepto perdido de curarse en salud.

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