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Imagen Página12 |
Por Edgardo Mocca*
Más allá del clima emocional
que la rodeó, la intervención de Cristina Kirchner en el acto popular que la
recibió en Comodoro Py produjo una novedad política y discursiva de mucha
importancia. La ex presidenta propuso un “frente ciudadano”. Puso el sustantivo
“frente”, característico de las propuestas populares y de izquierda a través
del siglo XX, al lado de una expresión a la que suele ser más frecuente
encontrar en el vocabulario liberal o liberal-democrático. La palabra frente
tiene algo así como una doble historia: por un lado, los frentes realmente
existentes, sustentados en acuerdos entre fuerzas y sectores diferentes que
acuerdan unirse en una circunstancia concreta, sobre la base de una plataforma
común; por otro lado, la palabra fue utilizada como síntesis de una determinada
estrategia política, para designar el arco de fuerzas factible de ser unida en
una coyuntura determinada, aún cuando tal unidad no se hubiera hecho todavía
efectiva. En la historia de las izquierdas posterior a la Primera Guerra y a la
Revolución Rusa, la definición del frente a construir, y particularmente el
grado de su amplitud, fue un factor central de las disputas políticas y una de
las causas frecuentes de sus divisiones. Frente obrero, frente popular, frente
democrático... cada formulación traía consigo un grado distinto de radicalidad
y amplitud política, cuyos respectivos extremos eran el sectarismo y el
oportunismo.