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lunes, 25 de octubre de 2021

VOLVER A LA PATRIA

"Manifestación", de Antonio Berni
Por Roberto Marra

Por estas épocas, donde el poder de decisión lo tienen unos pocos actores (encima corporativizados y cartelizados), parece bastante utópico proponer revoluciones o, simplemente, modificaciones modestas en las estructuras económicas, financieras, sociales, productivas, legales y culturales. Pero de eso están constituídas las utopías: de sueños aparentemente irrealizables, pero imprescindibles. De ahí la necesidad de encarar cada día la transformación de un ideario tan viejo como fundamental, en cimiento de la construcción de una sociedad desatada de las negaciones permanentes, de las ataduras de la desculturización impuesta, de las cadenas que nos amarran a un pasado que nunca termina de pasar.

La no revulsión de ver la miseria expresada en el hambre del piberío, la pérdida del asco de sentir las patoteadas de los ricos para no pagar los escasos impuestos que se les demandan, la negación al hartazgo de ver repetirse las sandeces mediáticas que se consumen por el mal hábito de ser esclavos de sus palabras, la normalidad anormal de un sistema educativo que enseña a no reconocer la realidad, el horror del acostumbramiento de sentir las balas rozando nuestras cabezas cada día, el abandono de la lucha como metodología de cambio de la sociedad, son una sumatoria peligrosa de incoherencias con la acción demandada por las duras circunstancias políticas actuales.

Los sentimientos negativos hacia líderes estigmatizados desde el Poder Real, las “agachadas” de algunos funcionarios proclives a sostener sus sillones antes que a cumplir con los mandatos otorgados, los desvíos del camino prometido por extorsiones y amenazas de quienes nunca arriesgan nada, los cansancios sociales acumulados por tantas falsificaciones de la realidad a las que nos han sometido, las manipulaciones de las palabras “justicia” y “derechos” para conducirnos al fracaso y la derrota, han convertido a la virtuosa acción política en mera actividad politiquera, vaciada del prodigioso contenido del auténtico desarrollo social que requiere el Pueblo.

Los mensajes electorales vaciados de contenido ideológico, lavados de doctrina, rejunte de consignas incoherentes con la realidad sufrida por las mayorías, hacen las veces de zancadilla de los poderosos a las masas de obnubilados mediáticos en que han convertido a la sociedad. “Focus group” o “asesores electorales” son los creadores de esa pandemia comunicacional adversa en la que se sumergen las candidaturas, distanciadas de las verdades vividas por las mayorías, fabricantes de obtusas adhesiones a los propios enemigos, para regodeo de los gatopardistas que habitan las “altas esferas” del Poder.

La figura de “caminar hacia el abismo”, ya se ha hecho demasiado común para explicar la decadencia social. Pero sigue siendo tan real como repetida esta manera de suicidio colectivo a la que empujan a la sociedad, maniatada a los “consejos” de los “sabios” que mentimedios y redes imponen como verdad absoluta.

La imaginación pareciera una olvidada capacidad humana, aún cuando sea tan imprescindible para enfrentar tamaña agresión a la razón. Tan necesaria como vieja, la receta de la invención de formas diferentes de luchas, será la escalera para trepar el muro de la desesperanza y el escudo para proteger las banderas que no pueden arrearse jamás, porque va en ello la subsistencia misma del concepto de Patria, esa vieja palabra tirada en el rincón de todos los olvidos.

Sin embargo, sin ella, sin su sentido épico y revitalizador de la historia cortada en pedacitos por sus enemigos permanentes, es imposible el triunfo popular y la disputa del poder. Es reconfigurando su concepto, renovando su uso y reconstruyendo sus bases materiales y espirituales, que habrá de hacerse posible la vida digna que deseamos la buena gente del Pueblo. Y, con ella, el final de la opresión de la mentira.

 

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