Imagen de "Perfil" |
Por
Roberto Marra
En
estos tiempos de búsqueda de definiciones por parte de las
principales figuras de los distintos sectores políticos que
pretenden suceder al actual Gobierno, se habla mucho de las “señales”
que se emiten desde cada uno de ellos y, sobre todo, por parte de la
ex-Presidenta. Entonces, para desgracia de quienes soportamos la
destrucción de la Nación que la oligarquía y sus adláteres están
llevando adelante, aparecen los intérpretes de esos indicios, los
aparentemente “neutrales” analistas que nos aseguran una cosa o
la otra, nos trasladan supuestas encuestas preparadas vaya a saberse
por quien y con cuales intenciones, y culminan con aseveraciones que
confunden al ya demasiado volátil electorado argentino.
¿Cuál
es el fin último de quienes pretenden ser candidatos en estas
circunstancias tan complejas? ¿Por qué quienes han permanecido
escondidos durante tres años y medio se tientan con reaparecer y
lanzarse a encabezar una coalición pretendidamente “opositora”?
¿Qué misteriosa condición ocultan tras sus extrañas sonrisas
acartonadas, sabiendo el grado de demolición social al que se
deberán enfrentar si acceden al gobierno?
Entonces
aparece “el límite”, ese borde infranqueable para esos
pretendidos candidatos que ponen en rojo el semáforo de lo que
llamaban “la ancha avenida del medio”, para que no pasen las
muchedumbres del “populismo” y frene la carrera de la incógnita
que los preocupa mucho más que la deuda y la pobreza, más que la
desindustrialización y el desempleo, más que la muerte cotidiana
por efectos del abandono y el hambre.
Todo
se reduce a esa ridícula y miserable expresión de incapacidad
confrontativa con el Poder Real, única preocupación que desean
manifestar para sostener sus pretensiones sin que los medios les
desbarranquen sus deseos. Lo cual se refleja en las palabras con las
que intentan levantar muros ante el avance del reaparecido símbolo
de que otros pasos se pueden dar, que otro camino se puede recorrer,
en la búsqueda de mejores vidas para los olvidados de siempre, para
los que cada vez están más hundidos en el fango de la miseria.
Corren
presurosos a tentar al reciente ganador de una Provincia para
alejarlo de otra unidad, fabricando una propia de papel pintado que
les asegure continuar con sus prebendarias existencias, alejando al
“fantasma” de quien nunca murió, para evitar el regreso de la
soberanía y la independencia, ofrendada al monstruo imperial por
cuatro monedas.
Corremos
peligro. Mucho más que el que padecemos por los actuales vendepatria
que se pretenden gobernantes, simples gerentes del supra-gobierno
fondomonetarista que decide sin preguntar y señala los caminos a
recorrer para obtener perdones y dólares para la fiesta de la
evasión. Los siervos del Poder quieren ser gobierno. Los creidos
dueños de los votos “anti-K” se resfriegan las manos, creyéndose
ya sentados en la Rosada, dirigiendo el carro de la República al
mismo sitio que el saltimbanqui actual, pero por una senda paralela.
Y para lelos.
Son
la garantía de la continuidad disfrazada de renovación. Son la
mentira organizada como “peronismo”, pero dejando a un costado
las Veinte Verdades y las Tres Banderas, para enarbolar oscuros
pabellones de piratas de las conciencias, navegar por las aguas
sucias y malolientes de la obsecuencia al imperio y derrotar la
ilusión popular que logren cooptar para que los eleve al sitial que
no merecen.
Queda
poco tiempo y mucha falsedad por delante. Queda demasiado dolor por
soportar si estos politiqueros sin honor ni moral se apoderan de los
votos populares. Suenan los tambores de la muerte de la Patria si sus
designios se prefieren a los advertidos por quienes sostienen los
viejos pero inmaculados estandartes de la Justicia Social.
Pero
se vislumbran todavía otras “señales”, referencias indudables
de perdidas felicidades cercanas, mojones impertérritos de un camino
insoslayable para vivir la vida que nos robaron por el enésimo
tropiezo con la piedra de la mentira programada. Y tenemos con
nosotros la mano tendida de quien nunca renunció a sus convicciones,
la dueña de un liderazgo intransferible, la más perseguida y
repudiada por los poderosos, la espina que no han podido sacar de sus
entrañas, la auténtica voz de un Pueblo que busca salir del
infierno padecido y re-encontrar la huella abandonada de sus sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario