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martes, 13 de febrero de 2018

LA MÁSCARA SOCIALISTA

Imagen de "Rosario3.com"
Por Roberto Marra

La palabra socialismo remite a ideas de igualdad, de solidaridad, de justicia social, de vidas dignas de los pueblos, de posibilidad de desarrollo de las potencialidades de los individuos por imperio de una distribución equitativa de lo producido socialmente, generadora de una cultura donde el trabajo fuera la base sustentable de la superación común de las desigualdades que el sistema capitalista promueve y necesita para la profundización de sus peores consecuencias.
Sin embargo, mucho tiempo después de la aparición de aquellas utopías, hoy día esa palabra aparece aquí tan devaluada como algunos de quienes la pronuncian vanamente, tratando de convencer a la sociedad de objetivos en los que no creen y convirtiendo esos sueños en envases edulcorados para tratar de mantenerse en los cargos.
Es el caso de la Provincia de Santa Fe, donde el supuesto “socialismo” gobierna hace tantos años, y de la ciudad de Rosario, donde lo ha hecho durante más tiempo aun. Y no es que lo han hecho todo mal, ni que no hayan promovido algunas mejoras sociales. Sin embargo esas mejoras no dejan de ser lindas cáscaras vacías de futuros repletos de injusticias irresueltas, espacios llenos de formalidades, estudiadas para cautivar las voluntades electorales con “maquetas” de una realidad en la que no sueñan más desde hace demasiado tiempo.
Ahora, cuando lo peor del neoliberalismo estalla sobre la Nación, a cargo de lo más retrógrado de la clase dominante, ahora que ya no existe el enemigo populista en el gobierno al que endilgarle todo lo malo y arrogarse lo único bueno que suceda en la Provincia, ahora que debiera aparecer ese supuesto origen “socialista” de los dirigentes provinciales y locales, por el contrario, se convierten en los mejores alumnos de la plutocracia macrista, aceptando cuanta imposición provenga de esos enemigos de la sociedad enquistados en el gobierno nacional.
Idas y vueltas permanentes en la relación con los funcionarios nacionales, no son óbice para la profundización del carácter conservador del gobierno de la Casa Gris, más gris que nunca por la poca imaginación puesta al servicio del Pueblo y más oscuro aún por las propuestas de endeudamientos, que nos harán más vulnerables todavía a los vaivenes de las políticas financieras de los Ceos que transformaron al País en una timba al servicio de sus propios y sucios intereses.
Están acompañados por una “oposición” autodenominada “peronista” (otro descrédito a un sentimiento y una palabra con tanta significancia histórica y social), sobre todo los senadores provinciales, transformados en especuladores de prebendas que les permitan conservar sus cargos miserables (por lo indigno de sus actitudes, no por los montos de sus remuneraciones).
Un panorama que augura malos presagios para la población santafesina, con las fauces de la alimaña neoliberal al acecho para tomar la riendas de la provincia y la ciudad, gracias a otra pata fundamental de tanto desatino: los medios de comunicación, tan concentrados como en la Nación, tan obsecuentes del Poder y tan dominantes del imaginario público como aquellos.
El odio y el desprecio generados y alimentados por estos “maestros” de la indignidad, solo podrán ser superados por nuevos-viejos sueños (esta vez sin desvíos), que aseguren la unidad de los que todavía creen en los valores que aquellas utopías ayudaron a convertir en esperanzas y luchas, para la construcción de una Provincia y una Ciudad donde solo reine la ultrajada y calumniada Justicia Social.

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