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viernes, 21 de julio de 2017

LAS SEÑALES

Imagen de "Obstinados navegantes..."
Por Roberto Marra
Las señales son elementos reales o virtuales que nos avisan de la existencia de inminentes hechos o situaciones que, bien atendidas, posibilitan determinar si hay que mantener o corregir el rumbo que se lleva. Así, los carteles en una carretera nos permiten evitar accidentes o desvios de la dirección elegida. Así también, la advertencia de las personas con mayor capacidad y sabiduría, nos hacen ser más prudentes en las tomas de decisiones.
Por fuera de esas señales externas, son las lecciones del pasado, vivido personalmente, las que nos permiten encarar el futuro inmediato y mediato con la seguridad de haber podido comprobar los resultados de nuestras acciones y las de toda la sociedad. Elegir determinados procederes y transitar concientemente esos caminos, producirán consecuencias que, a veces, no son precisamente las buscadas.
Es lo que sucede en los ámbitos políticos y económicos cuando, a través de las elecciones, decidimos rumbos que creemos que serán los mejores para nuestros futuros. El problema es que la libertad de decidir no es exactamente libre. Múltiples factores de poder accionan sobre nuestras consciencias, presionando para conformarlas de acuerdo a los intereses que no son los propios, sino los de quienes poseen mayor capacidad para influenciarnos.
Esos intereses se cuelan en nuestra decisiones y creemos firmemente en ellas. Pero cuando el tiempo pasa y la verdad estalla frente a nosotros, resulta duro reconocer los errores de no haber visto las señales que otros nos advirtieron.
Muchos preferirán hacer como que no ven esa realidad, y la experiencia soportada no servirá entonces para nada, porque se repetirá en nombre de la negación de lo sufrido, por la soberbia y la necedad de creernos inmunes a los resultados nefastos de los planes de nuestros elegidos.
Las oportunidades de corregir los errores, como las salidas de una autopista, se dan cada cierto tiempo y espacio transcurrido. Solo se trata de ver, además de mirar, las señales que dejaron huellas dolientes en nuestras vidas y en la sociedad, para asegurarnos que esta vez sí las tendremos en cuenta, dejando de lado las miserables promesas de los profetas del odio y la injusticia.

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