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lunes, 12 de junio de 2017

EDUCAR AL DOMINADO

Imagen de Insurgencia Magisterial
Por Roberto Marra

El tema de la educación siempre permite saber la orientación concreta de quienes gobiernan. Dependiendo de cuales sean sus pensamientos acerca de las características del sistema educativo y su inserción en un proyecto determinado de Nación, podremos saber hacia dónde se dirigiría la sociedad en caso que se aplique tal plan.
Los gobiernos populares que hubo en nuestro País, tuvieron en la educación una de sus enormes virtudes: se transformó en la gran herramienta inclusiva para las clases que siempre habían sido relegadas. La necesidad de crear riquezas y distribuirlas equitativamente, hace imprescindible contar con una población preparada para afrontar esa construcción colectiva. El conocimiento hace a la elevación de las capacidades individuales y sociales, generando virtuosas profundizaciones de los procesos productivos y sociales.
La antítesis son los planes que siempre, desde nuestros orígenes como Nación, tienen los dueños del Poder en la Argentina. Y en el Mundo, también. La ignorancia mayoritaria es su fin, con el consecuente desprecio hacia el sistema educativo, adoptando programas  provistos por las instituciones dependientes de las corporaciones económicas mundiales dominantes.
Sus objetivos están siempre teñidos por la falsa pátina del eficientismo, razón que esgrimen para atacar a los hacedores fundamentales de la educación: los docentes. Para sus concepciones neoliberales, ningún trabajador tiene que tener estabilidad laboral, y los docentes, menos. Se valen de sus socios incondicionales, los medios de comunicación, desde los cuales estigmatizan a los maestros con el generalizado mote de vagos.
El desprecio introducido es el primer paso. Después vienen las peroratas sobre la baja calidad educativa, las mediciones de las capacidades de alumnos y, por último, las recomendaciones de los “genios” internacionales que nos asegurarán, según ellos, un “nuevo” sistema educativo acorde a las necesidades del siglo 21. En realidad, será acorde a sus necesidades de mano de obra casi esclava, con prescindencia de la elevación del conocimiento de los alumnos, salvo en lo que les sea útil para elevar sus fortunas.
Estamos a un paso de retroceder cien años. Estamos listos para ser absorbidos por la maquinaria miserable de la ignorancia programada y clasista. Nos enfrentamos al derrumbe de un sistema educativo que fuera ejemplar. Nos arrastran, sin tapujos, hacia el analfabetismo y el embrutecimiento, los exactos condimentos para la más fácil dominación.

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