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martes, 23 de mayo de 2017

GUERRILLA NEOLIBERAL


Por Roberto Marra

La Guerra Gaucha fue la lucha de milicias y guerrillas llevada adelante en el Noroeste argentino contra los ejércitos realistas durante la Guerra de Independencia de Argentina, conducida por Güemes, uno de los patriotas más trascendentes y honorables de nuestra historia. Su objetivo era el desgaste permanente de las fuerzas enemigas, mientras la genial estrategia de San Martín continuaba su acción por otros rumbos geográficos.
Algo de estas formas y métodos se intuyen en las acciones del gobierno macrista, aunque con más que evidentes signos opuestos y ninguna épica. No es la liberación de la Patria su propósito, sino la profundización de su sometimiento. Para eso, ha desatado su moderna acción “guerrillera” neoliberal, dando golpes repetidos contra los desvalidos trabajadores, con balazos de tarifas y sablazos al salario. Sus “milicias” actúan con las sucias armas de las redes sociales y las repetidoras televisivas, atravesando los raciocinios con mentiras diagramadas para matar la memoria.

Parodiando aquella sublime estrategia militar de nuestra independencia, Macri parece querer realizar “la gran San Martín”, pero al revés, y mientras aquí impulsa esta guerra no convencional contra los ciudadanos, ha cruzado los mares hacia Oriente, claro que solo para concretar jugosos negocios, redituables únicamente para sus intereses personales y empresariales.
Tuvo que pasar, sin embargo, por el cedazo del estoicismo chino, que lo obligó a firmar lo mismo que había denunciado como inconstitucional hace dos años. Imperturbable frente a la adversidad, siguió tirando de la cuerda de la “herencia recibida” para aliviar sus responsabilidades, pero esgrimió su lapicera para adornar documentos firmados mucho antes por esa antecesora tan denostada.
Después de pasar por Japón para sacarse algunas fotos con el Emperador y muy poco más, regresó para continuar su escalada bélica contra el “populacho” empobrecido, ahora con su “espejo” Temer caído en desgracia y las complicaciones macroeconómicas que no podrá, ni sabrá evitar.
La estrategia del desgaste de bolsillos pobres continuará y la táctica de comprar odios a cambio de futuros imposibles se profundizará. Pero ya ha sido revelado el contraste de la realidad con sus promesas electorales, tan vacías de contenido, como de alma sus mentores. El factor sorpresa no podrá ser esgrimido, y los cantos de sirenas dejarán de escucharse, para liberar al fin, los auténticos espíritus emancipadores de Güemes y San Martín, que anidan desde siempre en cada uno de los auténticos argentinos.

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