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Como no podía ser de otra
forma, en este infierno kirchnerista que vivimos, el 2015 empezó mal. Primero
me vi obligado a traerme de regreso unos dólares que había encanutado en
Luxemburgo, antes de que hagan pública la lista de evasores y "previsores
que huyen sirven para otra devaluación", que es en la categoría de la AFIP
que entro. Para traer los dólares agarré a un primo que surfeaba en Ibiza y lo
hice pasar por investigador repatriado por el kirchnerismo. Se anotó en la
Sorbona como especialista en monos, y adentro de tres monos embalsamados me
trajo los dólares. Dice que embalsamarlos no fue tan difícil pero el
embalsamador se olvidó de dejarles el agujero del culo abierto para meter los
dólares, así que tuvo que volver a abrírselos. La dura vida de ser evasor.
Yo creí que ahí terminaba el problema, pero apenas comenzaba. Llegué a
mi casa, ¿y a quién me encuentro?, a Echegaray parado en la puerta. Tuve que
entrar por el patio del vecino. Echegaray estuvo ahí tres días con sus noches,
bajo la lluvia y el sol de enero, esperando a que yo muestre un dólar para
meterme preso, o peor, hacerme pagar impuesto. ¿Qué hacer con los dólares?
Declararlos no. Para cambiarlos mejor esperar a que lleguen a cincuenta pesos,
como me garantizaron los asesores de Massa y Macri. ¿Comprar petróleo o soja?
Al fin dejé la mayor parte en el culo de los monos, los colgué de la glicina de
la galería para disimular, y me puse el resto en el bolsillo dispuesto a gastarlo
en una vacación en el exterior como todo argentino se merece. Para evitar a
Echegaray tuve que saltarde nuevo al patio del vecino y en minutos estaba lejos
de él y cerca de una agencia de viajes. ¿Pasajes a Miami, París, Nueva York,
Australia, Aspen, Cancún, Brasil? Imposible, no había un asiento disponible de
tantos investigadores de monos embalsamados que hay. ¿Punta del Este? No cabía
un alfiler; si hasta Lilita se tuvo que quedar en Argentina y de paso aprovechó
para ir al congreso; que estuviera vacío porque no hay sesiones es anecdótico;
ella aprovechó para dar discursos memorables y aplaudirse a rabiar.
Al fin no tuve otra opción que irme a Mar del Plata, donde va toda la
gente que no puede ir a ningún lado mejor. Era lo que había, y me propuse
disfrutarlo. Pero lo peor estaba por venir. Iba yo por las calles vestido con
mis ropas de Miami: pantalón blanco, guayabera de lino y sombrero Panamá,
cuando me secuestraron. Una combi blanca se me puso al lado y de adentro salió
una voz que dijo: "vos, artista, subí". Yo pensé que habían
reconocido en mí al gran intelectual argentino. "¿Vos sos Gianola?",
me preguntó el tipo que parecía ser el jefe. Lo rodeaban otros cuatro, todos
con caras de pocos amigos. Yo negué. "¿O sos Carlín?". Yo iba negando
mientras el tipo miraba fotos y soltaba nombres. "¿Suar, Tinelli, Gasalla,
Casero? ¿Al menos sos primo de alguno?" Yo negaba. Tiró los papeles al
suelo y me preguntó quién carajo era. Se lo dije. Me pareció que le brillaban
los ojitos, que el apellido Chiabrando le sonaba importante, pero no. Eran
lágrimas de desencanto.
"Disculpame, pibe, es que agarramos un trabajo que nos está
volviendo locos. Para hacernos perdonar te llevamos adónde vayas". En el
camino me contó que eran mano de obra desocupada de la SIDE despanzurrada por
los kirchneristas, y que habían armado un empresita para buscarles artistas a
los candidatos a presidentes, gobernadores, intendentes, concejales, consejeros
escolares titulares y suplentes para sacarse la foto del verano. Pero los artistas
se le habían terminado, así que comenzó a disfrazar extras para simular que lo
eran. "Como en Hollywood, ¿viste?". Me mostró varias fotos con
candidatos y me iba diciendo a quién habían aportado ellos. "Mirá esta
mina. Decime si no parece vedette de una revista de Corrientes. Algunos la
confunden con la Luli Salazar. Es la prima del Cholo", y señaló al chofer
que me saludó con un bocinazo. "Ya se la vendimos a seis candidatos. Le
cambiamos la bikini, el peinado, le ponemos corpiño armado, porque la prima del
cholo está floja de delanteras, y listo, pero ya nos quedamos sin merca, por
eso te levantamos. Culpa tuya, por andar por el mundo con ese paso de
artista". Y sí era verdad, vestido de lino y guayabera yo llamaba la
atención en todos lados.
El secuestrador se presentó como TJFB 56. Me mostró los disfraces que
tenían para camuflar dobles. Remeras anaranjadas, amarillas y unas adustas
camisas manga largas color gris piedra que no estaban a tono con el verano.
"Binner", me dijo al ver mi cara de desconcierto. "Le gusta así,
dice que van bien tanto con vaqueros como con pantalones Oxford". "¿Y
los radicales no te contrataron?", le pregunté. "Todos, tarde o
temprano, vienen a TJFB 56", aseguró mi secuestrador. Y sacó un cajón
repleto de boinas blancas de lana. "Tiempos de austeridad; son las boinas
que sobraron de una campaña en Tierra del Fuego. Es el mensaje que quieren
darle a la gente: acá no se tira nada, todo se recicla, y si De la Rúa tiene
que salvar el país, así será". Me mostró también un invento que le habían
vendido a Macri. Era un disfraz de empresario argentino venido a menos, mangas
con codos rotos, camisas sin ballenitas, lentes con un solo vidrio, zapatos
agujereados. Y un sombrero donde se leía: "empresario argentino de la
década kirchnerista". Con ese disfraz, Macri o Rodríguez Larreta o
Santilli se paraban en una esquina a pedir limosna. Y cuando alguien se
acercaba a darle una moneda, el culo del disfraz se abría y comenzaban a brotar
montones de globos amarillos e inflados, lo que era doblemente llamativo.
Cuánta alegría, vea. No la había visto ni cuando los cubanos de Miami salen a
la calle a festejar la muerte de Fidel.
TJFB 56 me preguntó de mi vida y le conté lo que me había pasado con
los dólares en Luxemburgo. Me contestó que armar una empresita para hacer pasar
surfistas por investigadores no era mala idea, y la anotó en un papel pero todo
en clave. No se entendía nada excepto el signo $. De pronto sonó su teléfono y
saltaron como bomberos que tienen que salvar a alguien. Los cinco se pusieron
una remera que decía "Massa 2015 o 2019 o 2023" y se peinaron en las
pantallas de sus celulares. El chofer pegó un tirón a su camisa gris piedra y
quedó en remera de Massa. Abajo se le veía la remera anaranjada de Scioli y la
amarilla de Macri. Claro, no podía manejar y ser militante al mismo tiempo,
pobre. TJFB 56 me alcanzó una remera a mí, y me dijo "es laburo".
"¿Cuánto?", pregunté. "Doscientos pesos la foto". "En
pesos o en dólares". "En pesos". Entonces acepté porque de
imaginarme a Etchegaray parado en la puerta de mi casa me agarró un chucho de
frío que creí gripe.
Llegamos justo cuando el fotógrafo estaba por apretar el botón del
click. Salimos de la combi como una marea humana que se puso detrás de Massa en
una fracción de segundo. Misterio: la combi estaba ploteada con el Massa 2015 o
2019 o 2023. TJFB 56 me sonrió como diciendo: "tecnología de punta, y vos
trayendo dólares en culos de monos embalsamados". En segundos estábamos
todos detrás de Massa. "Si alguien te pregunta, hablá raro y decís que sos
uno de Avenida Brasil o que sos Marley, esa nunca falla", me tiró TJFB 56.
¡Cómo sonreíamos! (si no lo hacíamos pagaban cien y no doscientos). Luego de la
foto Massa dijo unas palabras: "y si no es en el 23, será en el 27",
y se fue a reunir con unas señoras que lo esperaban para saludarlo, cacerola en
mano. Debajo del pareo donde se leía "Massa era kirchnerista pero porque
era joven y pelotudo" de una de las caceroleras se veía un pareo amarillo.
TJFB 56 me guiñó un ojo y me dijo: "fíjate que no le dan a las cacerolas
para no abollarlas; hay que devolverlas sanas, son un canje de la tienda Los
Gallegos".
El ruido era insoportable: es que en doscientos metros se habían
congregado los grupos de Massa, Macri, Scioli, los radicales y el binnerismo,
que se distinguía por la ausencia de alegría. Como estrategia de verano no era
mala; notar se notaba; que lo votaran era otra cosa. Lilita, Prat Gay, Losteau,
Bullrich, Redrado, Moyano, Pino y varios sindicalistas peronistas caminaban de
un grupo al otro como si repartieran volantes e iban escuchando ofertas. Cuando
Macri le decía diputado a uno Massa le mandaba vicepresidente. "Dos
senadores a elegir por un candidato a intendente del Anillaco", dijo Sanz
y causó revuelo. Así se iban armando listas que se desarmaban a los diez
segundos para volver a empezar. De pronto Macri empezó a los gritos. Nos costó
darnos cuenta de que era él porque tenía puesto el disfraz de empresario en
quiebra y justo una nena le dio un peso y comenzaron a brotarle globos del culo
que lo rodearon hasta hacerlo desaparecer. Cuando pudo reponerse (ya los globos
teñían el cielo de La Feliz y Massa y sus seguidores les tiraban con rifles de
aire comprimido), Macri mostró una lista armada donde de candidato a presidente
estaba Carrió, y a vicepresidente también Carrió. Quiso pedirle explicaciones a
Lilita, pero ella ya se había deslizado en un barrenador mar adentro, ahora sí
camino a Punta del Este con el sabor de la tarea cumplida.
Llegó la noche y los turistas, o sea los futuros votantes, se fueron.
Algunos iban cargados de tantos volantes, remeras, globos y boinas que si a eso
le hubieran sumado una idea, hubieran caídos aplastados. Yo me había hecho unos
buenos mangos: hice de Marley tres veces y una vez de un primo de Marley que es
famoso en el Sahara. Lo peor fue ponerme los pantalones Oxford para la foto con
Binner. En cambio la camisa gris piedra me quedaba bárbara. Ya con la playa
casi vacía, en un periquete se armó una fogata en un rincón de la Bristol donde
nos juntamos todos, enemigos en las malas, amigos en la desgracia. El
kirchnerismo es capaz de esas cosas. Estaban Nito Artaza, Carmen Barbieri,
Tristán, Nazarena Vélez, Goyco, Del Sel, y todos los extras contratados por
TJFB 56, incluso la prima del Cholo que me apoyó el corpiño armado en el brazo
y me dijo que sabía que yo era ese Chiabrando que escribe contratapas
divertidas y que siempre me había querido conocer. Y no te hagás la croqueta
con la Luli Salazar verdadera, me aclaró, que usa el mismo talle de corpiño
armados que yo. Lo que pasa es que los de ella son importados y los míos
nacionales; los de ella no se notan.
Massa, Macri y Binner se tiraron en una reposera y se durmieron. Pino
aprovechó y los filmó; "nunca se sabe por dónde va a saltar la
liebre", me dijo y me dio la mano porque me tomó por un millonario que
podía aportar para su próxima película. "¿Sobre qué será?", pregunté.
"Sobre la lealtad en la política", me dijo, "o sobre Petrona C.
de Gandulfo, aún no lo tengo decidido". A Macri aún dormido le salían globos
del culo. Massa se reía pero no de risa sino porque sus asesores le dijeron que
si quería ser presidente tenía que reírse. Las chicas de las cacerolas
cocinaron mazamorra y arroz con leche para todos. Era una linda imagen de
Argentina: amistad, proyectos, mazamorra, yo con una mujer del brazo, chistes,
tetas falsas, y ningún kirchnerista, excepto Scioli,pero me parece que no era
el verdadero sino un doble de TJFB 56 aportado para la paz de todos y todas los
argentinos/as; o sea soluciones nacionales a problemas nacionales. Y mientras
todos se quedaron resolviendo los problemas del país, yo me llevé a la prima
del Cholo debajo de la casilla de los bañeros. "Mientras nos sacamos la
ropa, decime Luli", susurró ella; "y vos a mí señor Presidente"
poeticé yo.
*Publicado
en Rosario12
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