Imagen www.anses.gob.ar |
1.
La
AUH es el más ambicioso programa de devolución de derechos a los niños pobres
implementado en el país. Ha tenido un muy elevado nivel de cumplimiento
de sus objetivos de acuerdo a todos los datos disponibles. Llegó al 90% del
Universo de niños hijos de trabajadores informales que se proponía cubrir, lo
cual supone una población casi similar a la de Uruguay. Sus impactos son
múltiples, y abarcan aspectos tan decisivos para el futuro de los niños: redujo
la deserción escolar de niños pobres, bajó la inseguridad alimentaria,
incorporó a los niños a los controles periódicos de salud, incidió en que se
les aplique integralmente el calendario de vacunación obligatoria y redujo el
trabajo infantil.
2. Como el programa dio a la madre la titularidad de los derechos e impulsó su educación, capacitación y la elevación de su autoestima, hubo un proceso de empoderamiento de las mujeres humildes que tiene un enorme significado para el futuro. Creció de un modo radical el "capital social" de las mujeres más desfavorecidas.
3. Las cifras de la AUH pueden parecer reducidas para personas de clase media y alta, pero para los beneficiarios implica muchísimo y aumentan en un 25% o más sus ingresos. Utilizaron ese incremento en satisfacer necesidades básicas y las orientaron principalmente a comprar en PYMES del área. Es un multiplicador de la economía.
4. Los impactos cuantificados de la AUH se están terminando de medir en base a una amplísima muestra de alcance nacional. Los datos preliminares hacen caer varios mitos de la política social: Programas como la AUH en Argentina o Bolsa Familia en Brasil no estimulan la indolencia ni desalientan la búsqueda de trabajo. Generan, por el contrario, potentes incentivos para capacitarse y salir de la informalidad en base a la garantía de un piso mínimo de ingreso y a las herramientas que proporcionan.
Los programas pueden ejecutarse con la máxima eficiencia y total transparencia, eliminan toda corrupción y clientelismo. Los beneficios van directamente a las madres, bancarizadas y sin intermediarios.
Bien ejecutados y centrados en la figura de la madre, no implican solo una ayuda económica. Las empodera y conecta con otros servicios del sector público central, regional o municipal que les pueden ser útiles. Las incluye de múltiples modos.
La subestimación sobre lo que los pobres puede hacer cuando se les abren oportunidades fue refutada terminantemente por el programa. Por ejemplo, las mujeres integradas al subprograma “Ellas hacen” se capacitaron sin dificultad y con orgullo en oficios de fácil inserción. En otras de las familias beneficiarias, por propia iniciativa, se ahorraron recursos de la asignación para comprar mes a mes materiales de construcción para levantar con sus propias manos una vivienda digna.
5. Los principales organismos internacionales reconocen los logros de los programas compensatorios de América Latina y varios destacaron los de la AUH, que está a la vanguardia por su innovación, resultados y gerencia de excelencia. Incluso, los recomendaron a los países europeos para afrontar sus duras realidades sociales actuales y varios países africanos se mostraron interesados.
Pero para eliminar la pobreza se requieren también políticas económicas que generen trabajo y equidad y una coordinación estrecha entre las políticas económicas y sociales. Lo que sí está demostrado es que estos programas son clave para movilizar las potencialidades formidables de los humildes. Pero además son imprescindibles porque hay una ética de la urgencia involucrada. La pobreza, como lo subraya el Papa Francisco, no puede esperar. La Asignación, con su rápida y tan eficiente implementación –a través de la ANSES y en coordinación con otros organismos públicos- cumplió a fondo con esta ética y le devolvió dignidad a los excluidos.
*Padre de la Gerencia Social. Gran Maestro de la UBA. Integrante del Comité Directivo del Alto Panel Mundial de Seguridad Alimentaria.
2. Como el programa dio a la madre la titularidad de los derechos e impulsó su educación, capacitación y la elevación de su autoestima, hubo un proceso de empoderamiento de las mujeres humildes que tiene un enorme significado para el futuro. Creció de un modo radical el "capital social" de las mujeres más desfavorecidas.
3. Las cifras de la AUH pueden parecer reducidas para personas de clase media y alta, pero para los beneficiarios implica muchísimo y aumentan en un 25% o más sus ingresos. Utilizaron ese incremento en satisfacer necesidades básicas y las orientaron principalmente a comprar en PYMES del área. Es un multiplicador de la economía.
4. Los impactos cuantificados de la AUH se están terminando de medir en base a una amplísima muestra de alcance nacional. Los datos preliminares hacen caer varios mitos de la política social: Programas como la AUH en Argentina o Bolsa Familia en Brasil no estimulan la indolencia ni desalientan la búsqueda de trabajo. Generan, por el contrario, potentes incentivos para capacitarse y salir de la informalidad en base a la garantía de un piso mínimo de ingreso y a las herramientas que proporcionan.
Los programas pueden ejecutarse con la máxima eficiencia y total transparencia, eliminan toda corrupción y clientelismo. Los beneficios van directamente a las madres, bancarizadas y sin intermediarios.
Bien ejecutados y centrados en la figura de la madre, no implican solo una ayuda económica. Las empodera y conecta con otros servicios del sector público central, regional o municipal que les pueden ser útiles. Las incluye de múltiples modos.
La subestimación sobre lo que los pobres puede hacer cuando se les abren oportunidades fue refutada terminantemente por el programa. Por ejemplo, las mujeres integradas al subprograma “Ellas hacen” se capacitaron sin dificultad y con orgullo en oficios de fácil inserción. En otras de las familias beneficiarias, por propia iniciativa, se ahorraron recursos de la asignación para comprar mes a mes materiales de construcción para levantar con sus propias manos una vivienda digna.
5. Los principales organismos internacionales reconocen los logros de los programas compensatorios de América Latina y varios destacaron los de la AUH, que está a la vanguardia por su innovación, resultados y gerencia de excelencia. Incluso, los recomendaron a los países europeos para afrontar sus duras realidades sociales actuales y varios países africanos se mostraron interesados.
Pero para eliminar la pobreza se requieren también políticas económicas que generen trabajo y equidad y una coordinación estrecha entre las políticas económicas y sociales. Lo que sí está demostrado es que estos programas son clave para movilizar las potencialidades formidables de los humildes. Pero además son imprescindibles porque hay una ética de la urgencia involucrada. La pobreza, como lo subraya el Papa Francisco, no puede esperar. La Asignación, con su rápida y tan eficiente implementación –a través de la ANSES y en coordinación con otros organismos públicos- cumplió a fondo con esta ética y le devolvió dignidad a los excluidos.
*Padre de la Gerencia Social. Gran Maestro de la UBA. Integrante del Comité Directivo del Alto Panel Mundial de Seguridad Alimentaria.
Publicado en Tiempo Argentino
No hay comentarios:
Publicar un comentario