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1.- Hollywood representa el fascismo como pandilla de
malencarados en uniforme que agitan estandartes y gritan órdenes. La
realidad es más perversa. Según Franz Leopold Neuman en Behemoth: The
Structure & Practice of National Socialism, 1933-1944, el fascismo
es la complicidad absoluta entre el gran capital y el Estado. Donde los
intereses del gran capital pasan a ser los de la política, anda cerca el
fascismo. No es casual que surja como respuesta a la Revolución
comunista de la Unión Soviética.
2.- El fascismo niega la lucha
de clases, pero es el brazo armado del capital en ella. Aterroriza a la
baja clase media y la marginalidad con el pavor a la crisis económica, a
la izquierda y la proletarización y las enrola como paramilitares para
reducir por la fuerza bruta a socialistas, sindicalistas, obreros y
movimientos sociales. Mussolini fue subvencionado por la fábrica de
armas Ansaldo y el Servicio Secreto inglés; Hitler financiado por las
industrias armamentistas del Ruhr; Franco, apoyado por terratenientes e
industriales, Pinochet por Estados Unidos y la oligarquía chilena.
3.-
El fascismo convoca a las masas, pero es elitista. Corteja y sirve a
las aristocracias, sus dirigencias vienen de las clases altas e
instauran sistemas jerárquicos y autoritarios. Hitler establece el
Führer-Prinzip: cada funcionario usa a sus subordinados como le parece
para alcanzar la meta, y responde solamente ante el superior. El
caudillo falangista responde solo ante Dios y la historia, vale decir,
ante nadie.
4.- El fascismo es racista. Hitler postuló la
superioridad de la "raza" aria, Mussolini arrasó con libios y abisinios,
y planeó el sacrificio de medio millón de eslavos "bárbaros e
inferiores" a favor de 50 mil italianos superiores. El fascismo
sacrifica a sus fines a los pueblos o culturas que desprecia. Los
falangistas tomaron España con tropas moras de Melilla. Albert Speer, el
ministro de Industrias de Hitler, alargó la Segunda Guerra Mundial de
dos a tres años más con la producción armamentista activada por tres
millones de esclavos de razas "inferiores".
5.- Fascismo y
capitalismo tienen rostros aborrecibles que necesitan máscaras. Los
fascistas copian consignas y programas revolucionarios. Mussolini se
decía socialista, el nazismo usurpó el nombre de socialismo y se
proclamaba partido obrero (Arbeiter); en su programa sostenía que no se
debía tolerar otra renta que la del trabajo. Por su falta de
creatividad, roban los símbolos de movimientos de signo opuesto. Los
estandartes rojos comunistas y la cruz gamada, símbolo solar que en
Oriente representa la vida y la buena fortuna, fueron confiscados por
los nazis para su culto de la muerte.
6.- El fascismo es beato.
Los curas apoyaron a los falangistas que salían a matar prójimos y
fusilar poetas. El Papa bendijo las tropas que Mussolini mandó a la
guerra; nunca denunció las tropelías de Hitler. Franco y Pinochet fueron
idolatrados por la Iglesia.
7.- El fascismo es misógino. Para
las mujeres, Kirche, Küche, Kinder: iglesia, cocina, niños. Nunca figuró
públicamente una compañera al lado de sus líderes; quienes las
tuvieron, las escondieron o relegaron minuciosamente. Nunca aceptaron
que una mujer ascendiera por propio mérito o iniciativa.
8.- El
fascismo es antiintelectual. Todas las vanguardias del siglo pasado
fueron progresistas: la relatividad, el expresionismo, el dadaísmo, el
surrealismo, el constructivismo, el cubismo, el existencialismo, la
nueva figuración. A todas, salvo al futurismo, las trató como "arte
degenerado". El fascismo no inventa, recicla. Solo cree en el ayer, un
ayer imaginario que nunca existió. El fascismo asesinó a Matteotti,
encarceló a Gramsci, fusiló a García Lorca e hizo morir en la cárcel a
José Hernández. Pinochet asesinó a Víctor Jara. Cuando oigo hablar de
cultura, saco mi pistola, decía Goering. Cuando oigamos hablar de
fascismo, saquemos nuestra cultura.
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