Uno
de los problemas más habituales en las perspectivas historicistas es
cuando sucede algo nuevo, distinto e imprevisto. Sin embargo, el mero
hecho de haber sucedido, el hecho irreversible y sin retorno de su
acontecer lo vuelve Posible. De este modo la historia una vez que
postula un acontecimiento como Posible, a su vez lo interpreta como
Necesario. Genera de inmediato un caudal de interpretaciones, hechos
históricos, nombres precursores, secuencias causales, que vienen a
demostrar que si ese acontecimiento fue Posible es porque las cosas de
la historia y sus actores se han comportado previamente de tal modo que
Necesariamente llevaban a ese punto Posible.
El eje Posible-Necesario
constituye uno de los lugares más transitados y frecuentes de los
análisis históricos, hasta tal punto que a veces funciona como una
ideología “espontánea” de la perspectiva histórica. Por ejemplo, cuando
se trata al kirchnerismo desde esta pendiente de inmediato se lo remite,
y sin duda con razón, al peronismo histórico, la resistencia, la lucha
de los ’70, etcétera. En efecto, sucesos todos que funcionaron como
verdaderas condiciones de posibilidad del acontecimiento que llamamos
kirchnerismo. No obstante, sería interesante problematizar esta
perspectiva historicista sostenida en el eje Posible-Necesario,
incorporando otro procedimiento, a saber, el del eje
Imposible-Contingente, entendiendo por Contingencia lo que suspende
transitoriamente la Imposibilidad.
En este aspecto, el kirchnerismo no sólo surge del trayecto
Posible-Necesario que lleva del peronismo al kirchnerismo como uno de
sus momentos internos o uno de sus desenlaces. Más bien en este sentido
el kirchnerismo es la Contingencia que brota del país Imposible de 2001.
Es el suplemento Contingente que anuda los derechos humanos, los
movimientos sociales surgidos en 2001 y el peronismo. Al ser un
suplemento Contingente, no puede ser sin más un paso más del peronismo,
un nuevo episodio. Precisamente porque el kirchnerismo lo anudó al
peronismo cuando el país se desintegraba es que el peronismo forma parte
del kirchnerismo y no al revés. Sólo cuando se es fiel a un legado
histórico es que la separación se puede plantear. El kirchnerismo es el
Duelo, en el verdadero sentido de la palabra; es decir, de elaboración
histórica del peronismo. Es la contingencia que asume al peronismo para
volverlo otra cosa. Para volverlo algo que exige un pensamiento que la
historiografía peronista no puede pensar en su afán retroactivo
sostenido en el eje Necesario-Posible.
La Contingencia kirchnerista es el comienzo de una nueva estructura
del pensamiento político en la Argentina y esto lógicamente no se
demostrará de inmediato. Los actores políticos de esta estructura que ya
están en la escena del presente preparan a los que están por venir.
* Psicoanalista y escritor. Consejero cultural de la Embajada Argentina en España.
Publicado en Página12
No hay comentarios:
Publicar un comentario