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martes, 6 de marzo de 2012

EL DILEMA DE LOS PROYECTOS

Por Daniel De San Benito*
 
A menudo se ve como jóvenes y no tanto encaran proyectos de diferente índole. Los hay comunicacionales, musicales, literarios, en fin, para englobar se los puede definir como culturales. Estos proyectos o las construcciones de cualquier tipo suelen tener una única oportunidad para el desarrollo. Pero alcanzar su concreción sobrelleva una buena cantidad de dificultades a superar.
Todos los emprendimientos, menos los comerciales, claro, pero los de tipo cultural o sociales que surjan de coincidencias militantes, como intelectuales o partidarias están condenadas al fracaso cuando los medios flaquean.

Cuando nos referimos a los medios  podemos clasificarlos en dos grandes grupos, recursos humanos por un lado y financieros por otro. 

El recurso humano se trata de personas que unidas en equis cantidades sueñan con algo y todas juntas le imprimen una fuerza notaria a ese sueño. 

El recurso financiero es más sencillo de entender porque si los integrantes de tal proyecto cuentan con lo necesario para llegar al otro día y mejor aún, a fin de mes, el sueño se transformará casi de cajón en realidad.

Pero cada una de estas personas del grupo que persiguen el mismo deseo tienen que resolver, además, su propia y única vida.

El gran problema a veces son el tiempo y los recursos financieros, que en muchas oportunidades son la misma cosa, porque el tiempo disponible de cada miembro que mantiene el mismo sueño y convicciones que los demás lo tiene que dedicar a generar dinero para morfar. 

Esta situación hace entrar en crisis a alguno de los integrantes y por carácter transitivo a todo el grupo y en consecuencia…el proyecto.

Otras consideraciones de proyectos sociales

En el mismo sentido nunca debemos menospreciar a las manifestaciones espontáneas que se expresan por una necesidad.  Suelen ser situaciones donde la indignación es el móvil que aglutina, ya que nace de la carencia de medios, que son la falta tanto de proyectos como de recursos. “Los indignados” que sacuden el mundo son un ejemplo de ello.

Siempre es necesario un proyecto colectivo donde resguardarse, cobijarse y pensar la existencia propia dentro de la ola colectiva. Es casi imposible proyectar una salvación individual porque la coexistencia es el estado natural de los seres humanos. 

Estas líneas no tienen la pretensión de hallar la ecuación para resolverlo, es solo el planteo del problema.
En la actualidad existe un proyecto madre confiable y morrudo, pero desconectado de infinitas utopías dispersas. Tanto en las grandes ciudades como en el más profundo interior de nuestro país existen centenares de proyectos que abordan distintas realidades. Estos grupos buscan desesperadamente una conexión maternal, directa, para continuar su curso como manantial que da volumen al caudal del gran río, pero se pierden en esteros salitrosos. Un caso es el MOCASE (Mov. Nacional Campesino Indígena) que son corridos de los suelos en el norte del país,  en nuestra ciudad “Los vecinos de Nuevo Alberdi” que luchan denodadamente por un pedazo de tierra para su vivienda.  

Es responsabilidad del portentoso esquema político regional y nacional darle cabida a tanta corriente cristalina. 

Podemos concluir en que están los recursos humanos, las ideas y los sueños pero el sistema político- institucional padece una disfunción ambiental repeliendo como ajenos a sus propios glóbulos rojos que dejan anémica a las más puras y nobles utopías.  

No es para desesperar pero hace falta reacción y determinación para “unir las puntas del mismo lazo” y fortalecer la cuerda que sostiene a las mayorías.

*Periodista, Conductor del programa Sudestada,
  emitido por Radio Nacional Rosario-AM1300 - Sábados de 7 a 9.30 horas.

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