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| Imagen de "Uno Santa Fe" |
La
magia existe. Émulos locales de Copperfield hacen lo que aquel jamás
podría, aún toda su sapiencia en el tema. Acá, un gobernador con
ínfulas de estadista, en realidad un mediocre politiquero de poca
monta, junto al “cerebro” institucional de Cambiemos que oficia
de jefe del gabinete de empresarios evasores, son capaces de
inaugurar por segunda vez una Central Termoeléctrica ubicada en la
localidad de Timbúes, Provincia de Santa Fe.
Sin
el menor atisbo de sonrojamiento, sin que sus máscaras de “honrados”
funcionarios se les moviera un ápice, hacen discursos donde exaltan
las inversiones que, ahora sí, dicen que se están haciendo en
energía, afirmando que en el Gobierno anterior nada se hizo al
respecto.
Sin
embargo, cualquier persona que desee enterarse de la irrefutable
verdad, solo tendrá que buscar en internet, para descubrir que esa
misma Central, denominada con el honroso nombre de “Vuelta de
Obligado”, fue inaugurada un 3 de diciembre de 2014, siendo “la
número 26 que se puso en marcha desde el 11 de mayo de 2004 y la
sexta en la provincia de Santa Fe” (Diario El Litoral-3/12/2014).
¿Qué
razón tendrá el actual gobernadorzuelo para desconocer lo que sabe
cierto? ¿Qué hace que su genuflexión se acentúe más de lo común
en él, ante estas re-inauguraciones a las que nos tiene
acostumbrados la pandilla comandada por MM? ¿Qué promesas le habrán
hecho desde la cumbre de la deshonestidad nacional para que diga
tales falsedades?
Por
supuesto, no está solo en esta andanada de brutalidades
gubernativas. Lo han acompañado siempre en estos tiempos, los
senadores provinciales, supuestos representantes de una “oposición”
que solo se opone... a perder privilegios, y a quienes lo único que
se les perdiéron, son las “Veinte verdades”, abandonadas por el
camino de la indolencia y la miserabilidad que han elegido transitar.
Son
ellos quienes terminan aprobando cuanto pedido les haga el
arrodillado habitante de la Casa Gris, sometiendo a los ciudadanos de
la Provincia a futuros desastres en base a endeudamientos
innecesarios, solo basados en la ineptitud de quienes toman esas
decisiones o tal vez, y lo que es peor, en conveniencias personales
inconfesables.
La
desmemoria es una característica de la época. Es la base repugnante
para la generación de rencores hacia quienes promovieron políticas
de acercamiento a la justicia social, rechazada por sus propios
beneficiarios en nombre de supuestas superioridades meritocráticas,
tan falsas como sus dicentes y tan procaces como las mentiras diarias
a las que nos han venido sometiendo desde el poder mediático
concentrado.
Allí
reside el endiablado y poderoso método de sometimiento popular. A él
responde el triste habitante de la gobernación santafesina,
convertido en simple claque de quien le tira las migajas de un Poder
que jamás poseerá. Por él se arrastra en el lodo asqueroso de las
mentiras y la inmoralidad. Y desde allí, aun manchado para siempre
con semejantes blasones de la indignidad, pretende conquistar
voluntades para repetir su fantasmagórico gobierno.
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