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martes, 13 de marzo de 2018

EL MURO DE LAS VERDADES

Imagen de "El Loro Político"
Por Roberto Marra
Creer en las propias fuerzas, estar seguro de las convicciones, no especular con los postulados que le den vida a nuestra ideología, es parte de una posición digna en la lucha frente a las inmensas fuerzas de los poderes fácticos que predominan por estos tiempos de hegemonía conservadora. Situarse ante los enemigos del Pueblo con la carga anímica de una historia plagada de ejemplos de valentías y sacrificios de hombres y mujeres que dejaron sus propias ambiciones a un lado para construir justicia social, también alecciona y sostiene el discurso que cada uno sea capaz de elaborar para derrotar a los enajenados y rapaces dueños de casi todo.
Sin embargo, y con todo el significado que eso tiene, no alcanza. Además, hay que prepararse intelectualmente, estar “avispado”, ser sagaz e intuitivo y, sobre todo, tener siempre un As debajo de la manga. Ese As, no pueden ser sino los datos, la estadística, la historia verificada con pruebas irrefutables, el conocimiento profundo de cada una de las actividades del enemigo, de sus contradicciones y talones de Aquiles.
Entonces sí, se lo podrá enfrentar con posibilidades de barrer con sus contumacias, sus hipocresías, sus vanidosas posturas de superioridades que no pueden sostener más que con mentiras. Mentiras que, lo sabemos demasiado, por repetidas hasta el hartazgo se convierten en atractivas “verdades”, convenientes bases para destruir nuestros razonamientos más honestos y ganar la confianza de los destinatarios de sus tropelías económicas, financieras y sociales.
Los escenarios más evidentes de estas situaciones se dan en los programas televisivos donde invitan a un representante de cada “bando” ideológico, a quienes se agregan algunos conspicuos trasvestidos miembros de izquierdas derechosas, empresarios de dudas y quejas permanentes y gremialistas atacados por el viejo virus de la conveniencia individual.
El Poder tiene su discurso, elaborado por esos reductos de pseudo-intelectualidad que denominan, con esa manía sajonizante que predomina en sus mentalidades colonizadas, “focus group”. Ahí estudian las subjetividades de sus “presas” mediáticas, a quienes atacan con ferocidad calma y palabras re-pensadas, de manera de provocar la ira de su interlocutor fundamental, que no será otro que quien exprese la ideología que les molesta para ejercer la destrucción de la Nación a gusto y placer de la oligarquía y sus aliados clasemedieros.
Allí es cuando. Ese es el momento donde debe estallar la inteligencia, explotar las convicciones sostenidas por el conocimiento indubitable, aparecer los temidos datos escritos por los mismos enemigos, ejercer la presión de la seguridad establecida por los números, desatar el balbuceo desprovisto de razones ante las evidencias del blanco sobre negro, sin entregarse al fácil acaloramiento de la provocación enemiga.
Sin piedad intelectual, se deberá hundir el cuchillo de la verdad transparentada, de la moral impresa en los papeles, haciendo que las sucias mentes de estos “emprendedores” politiqueros de mugrosas historias, enmudezcan ante la luz de tantas verdades respaldadas en el muro infranqueable de los ideales populares.

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