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jueves, 29 de junio de 2017

ABOLLANDO IDEOLOGÍAS

Imagen de Currin-Blogger
Por Roberto Marra

Con la disculpa clásica de la protección del “orden” y la “libertad de circulación”, legiones de uniformados armados hasta los dientes, arremeten contra cualquier grupo de manifestantes que pretenda ejercer el derecho a reclamar que protege nuestra Constitución. No están tratando de evitar desmanes, sino de provocarlos. No pretenden calmar los ánimos, sino exaltarlos. No es disolver las manifestaciones su objetivo, sino castigarlas.
Se trata de mostrar ejemplos. Se trata de meter miedo al resto de la población que ve, angustiada, como se escurren de entre sus manos los derechos adquiridos con tantos sacrificios, para traspasarlos sin vergüenza alguna, a los poderosos y engreídos dueños de la Argentina, ahora dominadores absolutos del aparato estatal.

La irracionalidad aparente de los uniformados, esconde las precisas y perversas órdenes de considerar a cualquier persona como enemigo, en tanto pretenda oponerse a sus decisiones. No importará edad ni sexo para sus ataques, que realizarán con la saña propia de quienes se sienten liberados del respeto a cualquier ley.
Estarán amparados, además, por un poder judicial cómplice de persecuciones ilegales a los enemigos ideológicos de los Ceos de la Rosada,  quienes se erigen como propietarios de las vidas ajenas, apoyados por una puesta en escena mediática que termina de cerrar el círculo de la mentira maquillada de verdad absoluta.
El camino de la deuda eterna y la acumulación ilimitada, que están transitando con desparpajo, no tiene otro destino. La violencia será la manera de “explicarnos” sus desatinos económicos, que ya son objeto de burlas hasta de los medios de sus amados dueños del Planeta.
El desprecio a la educación, la salud, la vivienda y cualquier otro elemental derecho, puesto de manifiesto en los presupuestos, revela el carácter miserable de los nuevos-viejos dirigentes de prosapias mafiosas, que utilizan sus inteligencias solo para asegurar sus fortunas mal habidas y profundizar la pobreza de las mayorías silenciadas a palazos.
No faltarán los apoyos de los mismos perjudicados por tantos espurios manejos económicos, que señalarán culpas de quienes, todavía con sus consciencias lúcidas, intentan ponerle freno a tanta irracionalidad. Más adelante, cuando el agua de las privaciones les llegue al cuello de las cuentas por pagar, tal vez recuerden las palabras de Mafalda, cuando al mirar el bastón de un policía, nos decía: “¿Ven?, este es el palito de abollar las ideologías”.

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