EL RESULTADO DE LA IGNORANCIA

Imagen eju.tv

Por Roberto Marra

El triunfo, en EEUU, de un lunático personaje que parece extraído de una película de horror hollywoodense, le pone la frutilla al postre de las desgracias que el Mundo (y nuestro País) continuará sufriendo y profundizando. En medio de ese caldo putrefacto de poderosos ensoberbecidos en lo que se ha convertido el Planeta, navegan los pueblos que, increíblemente, generan sus propios verdugos, como un impulso incontenible al suicidio en masa.

Se comprueba, una vez más, que la ignorancia es la madre de los errores y las desdichas. Si en Argentina hemos de sufrir el retroceso neoliberal, ha sido por el mediático lavado de cerebros, al igual que sucede en EEUU y el resto del Mundo. Como zombis perdidos en la niebla, caminamos hacia el precipicio de la miseria, que sabemos que está allí, pero que hacemos como que no vemos. Repetimos un camino que ya transitamos, sin advertir las señales que antes vimos o, lo que resulta peor, ignorándolas.

Adquirimos con cierto placer estúpido, las taras que nos venden como cualidades inteligentes nuestros amos imperiales. Estudiadas hasta el infinito, sus comunicadores imponen modos de vida que atrapan sentidos y modifican convicciones que, tal vez, solo se declamaban pero nunca existieron. Sabedores de las debilidades que ellos mismos generan, aprovechan cuanto vericueto mental encuentran para profundizar su dominio.

Así logran convencer a los Pueblos y a sus representantes, con voluntades que ya no son tales, sino simples emulaciones de los mandatos del Poder, vueltos como fatales. Así despojan derechos y profundizan desdichas, mostrando como, la “cajita feliz” de la pobreza cero, se desvanece en un horizonte que se aleja cada vez más.

Otra vez Mariano Moreno, con sus proféticas palabras, nos brinda la definición que necesitamos: “La verdad, como la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo. Si se oponen restricciones al discurso; el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria."