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A escasos dos meses de las
elecciones, y con un pueblo que rechaza progresiva y categóricamente el retorno
al atraso, la dependencia y la exclusión social, vale la pena parar la pelota y
repasar hasta aquí quiénes han sido los voceros y representantes de la
decadencia energética, esto es, del modelo energético para una Argentina
desindustrializada, postrada por un endeudamiento mortal, sin Estado y con más
de 30 millones de compatriotas privados de dignidad y derechos.
Citamos en primer lugar al grupo de ex secretarios de Energía (de Bignone a Duhalde) liderados por Daniel Montamat, testigo para una empresa estadounidense que demandó al pueblo argentino ante el CIADI. Sin dudas, imponderable patriota de esos que el General San Martín adoraba. Este grupo de ex funcionarios,ejecutores de las políticas de saqueo energético entre 1982 y 2002, amparan intereses corporativistas, locales y extranjeros, profundamente anti-democráticos y anti-nacionales. Se les suma la red de think-tanks conservadores, a la sazón FIEL, Fundación Mediterránea, Universidad Di Tella, CEMA, Fundación Pensar e IAPG, que entre todos asisten a las corporaciones mediáticas y fuerzas políticas igualmente anti-democráticas, anti-nacionales y anti-populares con una copiosa producción de informes y análisis. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su acto de inauguración de la estación Ciudad Universitaria de la línea Belgrano Norte se refirió con justeza a todos ellos: “Quieren poner en duda el sistema democrático”. Adscribimos y humildemente agregamos: y lo quieren poner en duda porque les importa un rábano la seguridad jurídica del pueblo argentino, su bienestar y felicidad; les importa un rábano que el país tenga sus 23 provincias con igualdad de oportunidades, en tránsito sostenible hacia su prosperidad.
En estos meses previos al nuevo y cuarto triunfo consecutivo del
peronismo histórico en la Casa Rosada, asistimos por parte de estos grupos
neoliberales a un recrudecer de sus críticas y operetas en relación a los
planes de infraestructura y de energía más importantes desde 1810 y que en los
últimos doce años han rescatado al país del abismo, permitiendo así reinsertar
a decenas de millones de compatriotas y a más de la mitad de las provincias
excluidas por el unitarismo tradicional, aunque profesado, hemos de decir, de
forma insuperable entre 1976 y 2002 por los “modernos” discípulos de Rivadavia
y Mitre. Odian con toda su fuerza que las inversiones y el crédito público se
extiendan más allá de la General Paz y las arcas del FMI, sus socios locales en
la estatización de la deuda de 1982, el Plan Brady, el Blindaje, el Megacanje y
el terrorismo financiero occidental de Paul Singer. Pues bien y de la misma
suerte que intentaron hacer con el presidente Néstor Kirchner entre abril y
mayo de 2003, el establishment ataca con todas sus fuerzas y busca imponerle al
gobierno nacional y sus continuadores más allá de 2015 su patética agenda
económica: eliminación de los subsidios y la obra pública mercadointernista;
desguace de las empresas estatales y fin de ciclo del Estado como garante de un
desarrollo que, aliado y promotor de una burguesía verdaderamente nacional,
planifique y gestione la modernización del país en un contexto de autosuficiencia
económica e inclusión social ascendentes.
Hemos venido respondiendo una a una sus falacias, plagadas de
inconsistencias y vergonzosas omisiones. Unas semanas atrás respondimos a la
enésima opereta del golpismo mediático-judicial en relación a la totalidad de
obras en las que resultaron adjudicatarias las empresas constructoras Austral
Construcciones, Kank y Costilla y Gotti Hnos. Hace diez días fuimos testigos de
la patética politización de las inundaciones por parte de los medios que, al precio
que sea, quieren sentar a su marionetapresidente en la calle Balcarce 50. Entre
la batería de mentiras respondimos informando con precisión sobre el Plan
Maestro de la Cuenca del Salado y los ingentes beneficios que reportó. Venimos
también retrucando una a una las operetas destinadas a presionar por la
eliminación de los subsidios energéticos (de la que observamos una creciente
participación del diario español ultraconservador El País), la dolarización de
las tarifas de los servicios públicos, la alineación internacional de los
precios de los hidrocarburos, una entrega lisa y llana de Vaca Muerta a las
corporaciones financieras y sus fondos buitres, y el retorno a un esquema
indiscriminado de giro de utilidades al exterior por parte de las empresas del sector
(las que se hagan del sector si triunfa la Sociedad Rural y sus socios
“industriales” en octubre).
Nos decían el IAPG y López Anadón (ex hombre de Repsol-YPF en tiempos
en los que nuestros yacimientos gasíferos se depredaban y exportaban a precio
vil) que se necesitan 40.000 millones de dólares para llevar el gas a los
argentinos. ¿Alguien puede creer que a los aplaudidores y promotores del saqueo
gasífero entre 1995 y 2003, y que al asumir Kirchner había dejado cinco
provincias sin gas y más de 15 millones de compatriotas sin gas por redes, les
puede preocupar realmente que el gas llegue a la ciudadanía? ¡Si son los que
rechazan la monumental, fundamental e inédita obra del Gasoducto del NEA, obra
que habrá de saldar una deuda histórica a nuestro norte de las masas de Facundo
Quiroga, norte postergado desde las aberraciones de Rivadavia y el genocidio
mitrista hasta 1945, vuelto a ningunear entre 1955 a 2003 por la misma política
centralista y reaccionaria de inviabilizar provincias! Casi en paralelo al IAPG
y en igual dirección, apareció una nota del economista jefe de FIEL en el
diario El Cronista. Ya a esta altura del partido, ¿qué podemos decir de FIEL?
Que se preocupe esta arcaica y ultraconservadora entidad de preguntarse si es
democrático que en su Consejo Consultivo figure aún el ministro de Economía de
la dictadura genocida José M. Dagnino Pastore.
Finalmente, a los ataques del IAPG y FIEL –cuando no amplificados por
el diario La Nación y el Grupo Clarín– se les sumaron por estos días otros tantos
en relación a los subsidios al gas natural y supuestas cifras multimillonarias
que habríamos de requerir para alcanzar el autoabastecimiento (informe de la
consultora Abeceb publicada en Infobae). Brevemente y en relación a la
consultora del economista Dante Sica quien, entre otras profecías fallidas,
había pronosticado para este 2015 un dólar rozando los 12 pesos y una
devaluación del 40 por ciento, vale la pena citar esta frase del artículo de
Infobae: “el documento [de Abeceb] señala que se requerirá, además [de
supuestos 88.000 millones para alcanzar el autoabastecimiento], un
reordenamiento político-económico que permita disponer de divisas, remitir
utilidades y revisar los derechos de exportación”. ¿Alguien puede creer
sinceramente que los clientes de Sica y sus aliados políticos les importe
alcanzar al autoabastecimiento? No quieren autoabastecimiento, señores y
señoras, lo que quieren más bien es el festín exportador de gas y petróleo en
un contexto de pueblo por el piso, consumo por el piso, industrias y comercios
por el piso. En otro pasaje del documento vuelven a insistir con el déficit
comercial energético. ¿Qué legítimo interés en balances superavitarios pueden
tener los perpetuos generadores del deterioro económico, fiscal y energético de
la Patria; los autores del déficit gasífero del cual aún no nos hemos repuesto?
Por el contrario, lejos de preocuparse en disminuir las importaciones, militan
para que la producción energética que hoy se vuelca al desarrollo del país se
haga en sentido inverso, esto es, en sentido de un país sometido a intereses
foráneos, interesados desde hace más de doscientos años en que en estas
latitudes nos desarrollemos sólo para exportar materias primas e importar
manufacturas. Mientras menos mercado interno, menos industria, más pueblo
excluido y endeudado, más sobrará, y mientras más sobre, más habrá para
exportar y mejores números energéticos tendremos. ¿Y el pueblo aquí dónde está?
No está y a la historia reciente nos remitimos. ¡Este es el autoabastecimiento
de los 88.000 millones de dólares!
A modo de cierre, una referencia sobre la más reciente arremetida del
diario La Nación y sus “cortes de electricidad, emergencia y default”. El
exhorto para el fin de los subsidios eléctricos y una energía más cara y
excluyente merece todo un artículo. Remarcaremos no obstante y por cuestiones
de espacio, dos singulares detalles. En primer lugar, la referencia como
autoridad al inefable Montamat, ex secretario de Energía de Fernando De la Rúa
y gracias al cual padecimos –por supuesto después de haber sufrido la de su
socio Jorge Lapeña a fines de los ochenta– la peor época de cortes eléctricos
de nuestra historia. Como ya hemos dicho, vale la pena recordar que Montamat
ofició como perito para una empresa estadounidense en su demanda ante el CIADI
contra el pueblo argentino. Y esto no es menor, desde que el especialista
número dos citado por el diario La Nación para argumentar su exhorto energético
es un tal Andrés Chambouleyron. ¿Quién es este señor? Argentino egresado de la
Universidad Nacional de Cuyo, se recibió de doctor en Economía en la
Universidad de Texas, desde donde pasó a integrar los equipos de la Fundación
Mediterránea, en 1995. En 2001, Chambouleyron, también profesor del CEMA, fue
asesor del ministro de Economía (aventuramos que de Cavallo). Pero lo más
jugoso no es esto, sino que el economista especializado en energía del diario
La Nación labora en Compass Lexecon, consultora estadounidense que brinda
servicios a corporaciones financieras, compañías multinacionales y fondos
buitre. Chambouleyrón en calidad de especialista “argentino” y al igual que
Montamat, ofició de perito para más de cinco diferentes empresas (francesas,
italianas, estadounidenses, españolas, etc.) en sendas demandas ante el CIADI
contra el Estado nacional, entre 2004 y 2009, para los sectores de las
telecomunicaciones, agua y saneamiento, eléctrico y gasífero. Esta información
es de público conocimiento y figura en el CV que la consultora publica en
Internet.
En suma y sin entrar a responder la consabida y ya aburrida
argumentación del diario La Nación en su último exhorto, tenemos el agrado de
informar que todos sus juicios y propuestas destinadas a destruir una energía
nacional, popular, genuinamente federal y democrática como la desarrollada desde
2003 a la fecha, se monta en las opiniones y recomendaciones de dos
especialistas ambos testigos para empresas que nos han demandado a los
argentinos y argentinas en el CIADI. El articulista del matutino mitrista
escribe: “Chambouleyron resume el origen del problema en una palabra: falta de
inversión. ‘No se invirtió lo necesario en generación ni en distribución. Y la
prestación se deterioró al punto de que hay mas cortes y más largos’.” ¿Por qué
se omite el pequeñísimo detalle implícito en la inédita incorporación de
millones de hogares al servicio de electricidad desde 2003? ¿Y el datito de que
en las últimas tres décadas desde 1983 el mayor consumo eléctrico per cápita se
verificó entre 2003 y 2015? ¿Y de las obras del Focede que acompañaron el
ingente incremento de la demanda eléctrica desde que el gobierno nacional lo
recuperó (enero de 2014)? Y acerca del ingente incremento de la demanda
eléctrica, ¿algo que decir? Según la Asociación de Distribuidoras de Energía
Eléctrica de la República Argentina siguen encabezando el listado de las
regiones con mayor crecimiento de la demanda eléctrica las históricamente
postergadas y aisladas por el unitarismo de los siglos XIX, XX y XXI (2000 a
2002), a saber: Misiones, Santa Cruz, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero,
Salta, Río Negro, Neuquén, La Rioja, Corrientes, Entre Ríos, Catamarca y Chaco.
¿Algo de la interconexión eléctrica del país que las fuerzas del mercado no
quisieron efectuar? ¿Algo de los más de 5.000 kilómetros de construcción de
líneas de alta y extra alta tensión que volvieron a hacer de esas provincias,
provincias argentinas? ¿Y de la reactivación del Plan Nuclear que la Fundación
Mediterránea en 1995 con Chambouleyron operaba para desmantelar? Pero volviendo
a la frase del experto economista argentino-texano, ¿alguien puede creer que
aquien trabaja para que el Estado nacional pierda juicios en el CIADI le puede
interesar que las inversiones públicas sigan creciendo y mejorando así la
generación y distribución eléctrica del país? Termina el diario La Nación con
sus típicas y magistrales frases de la hecatombe: “Ningún técnico serio cree
que hay solución en el corto plazo, aunque todos conocen la fórmula:
planificar, invertir y, sobre todo, esperar”. ¿Técnicos serios los agentes
contra el país? ¿Invertir como en los ’90, 2000, 2001 y 2002? ¿Esperar?
¿Esperar qué cosa? En fin, zonceras energéticas y espejitos de colores... Pero
el pueblo argentino ya no mastica más vidrio.
* Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.
Publicado en Página12
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