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La reciente campaña publicitaria denominada “La neta de tu
planeta” (http://lanetadetuplaneta.com/infografias.php) de AgroBIO,
muestra el interés de la agroindustria (Bayer, Dow, Monsanto, Dupont,
Pioneer, Syngenta) por generar una corriente de opinión favorable a la
siembra de transgénicos en México, especialmente de maíz a cielo
abierto. Bajo una fachada de falsa neutralidad científica y de ciudadanía
informada llaman a una supuesta objetividad en la información sobre el
uso de los organismos genéticamente modificados (OGM) en la agricultura.
¿Qué objetividad pueden encontrar los consumidores y ciudadanos en la
información que difunde AgroBIO, una asociación civil compuesta por las
principales corporaciones trasnacionales implicadas en la producción de
semillas transgénicas?
A continuación presentamos los seis mitos difundidos en la página de
Internet “La neta del planeta” de AgroBIO como un ejemplo de información
manipulada y propagandística y no de argumentos con base científica,
que plantea sin fundamento los supuestos beneficios en el cultivo de
alimentos transgénicos en México.
1. “Campo más productivo”: No existe un gen que aumente la
productividad. Los OGM no están diseñados para ello, sino para reducir
el daño por plagas y, sobre todo, para resistir al glifosato, herbicida
producido por Monsanto. El único argumento de peso podría ser que, con
el uso de estas semillas, se pierde menos cosecha por el ataque de
algunas plagas o se incrementa ligeramente el rendimiento por la
reducción de las “malezas” que pudieran competir con el cultivo
utilizando herbicida.
A pesar de ello, la Union of Concerd Scientist en Estados Unidos
comparó los rendimientos de plantas transgénicas y convencionales en un
historial de 20 años sin encontrar diferencias en la producción. En
Brasil, se compraron seis variedades de soya transgénica y convencional y
el rendimiento fue 9 por ciento mayor en plantas convencionales.
AgroBIO tomó para su publicidad una frase de la FAO que dice que los
cultivos biotecnológicos “pueden servir de ayuda para reforzar la
agricultura en las zonas marginales y para restablecer la producción en
los terrenos degradados”, pero el concepto de biotecnología implica algo
más que los OGM, toda vez que existen otras aplicaciones que no
implican la liberación de organismos que no existen en la naturaleza. En
el mismo documento, la FAO habla de la selección asistida por
marcadores y el cultivo de tejidos antes de referirse al uso de OGM en
campo; además, señala que “a nivel local, la agricultura orgánica podría
ser una alternativa a la agricultura convencional para los próximos 30
años”.
2.- “Más y mejores alimentos”: La FAO señala que “todos los cultivos
OGM explotados comercialmente no son alimentarios (algodón, colza) o se
utilizan en gran parte para piensos (soya y maíz)”, no promueven la
disponibilidad de alimentos, mientras que AgroBIO argumenta la necesidad
de aumentar la producción para dar de comer a la población mundial, que
también va en aumento. Sin embargo, la producción de alimentos desde la
década de 1960 hasta la actualidad se ha triplicado y la población
mundial se ha duplicado. Según el informe Global Food Losses and Food
Waste, realizado por el Instituto Sueco de Alimentos y Biotecnología
para la FAO (2011), un tercio de los alimentos producidos cada año en el
mundo se pierden o desperdician, por las exigencias estéticas del
mercado y por la gran distancia entre el productor y el consumidor. Lo
anterior podría reducirse eliminando intermediarios y acercando al
campesino y al consumidor final.
En cuanto a la calidad y seguridad de los OGM, la Cofepris indica que
la evaluación de los OGM incluye la revisión de estudios moleculares,
equivalencia sustancial, toxicidad y alergenicidad; sin embargo, dichas
evaluaciones son generalmente realizadas por las mismas empresas que
desean vender los OGM y no se encuentran a disposición de los
consumidores. Asimismo, la Academia Americana de Medicina Ambiental
(AAEM) expuso que “los alimentos genéticamente modificados son un riesgo
en las áreas de toxicología, alergias, inmunología, salud reproductiva,
metabólica, fisiológica y genética”.
3.- “Mejor vida para el productor y sus familias”: El uso de semillas
transgénicas resistentes a glifosato, herbicida con alto riesgo de
toxicidad, implica exponer la salud de los productores y la de sus
familias, así como la de los consumidores. Un grupo de investigadores
austriacos demostró que la exposición a glifosato en cantidades menores a
las que se aplican en campo puede provocar daño en el ADN y cáncer en
los seres humanos. Un estudio de la Universidad de Leipzig, Alemania,
encontró concentraciones de glifosato en muestras de orina de la gente
de la ciudad; todas tenían de cinco a 20 veces más que el límite
permitido para el agua potable. AgroBIO afirma que el uso de OGM
generará más ganancias para los agricultores al reducir insumos y
labores, pero el sistema de producción con OGM generalmente implica la
producción de unos cuantos cultivos que no cubren la mayor parte de las
necesidades alimentarias del agricultor, lo que implica que éste y su
familia se vuelvan altamente dependientes de las grandes empresas
agroalimentarias, no sólo para consumirles fertilizantes y herbicidas,
sino también alimentos. En Argentina y Brasil numerosos agricultores han
sido despojados de sus tierras para utilizarlas en la siembra de soya
transgénica, la cual no ha ayudado a alimentar a dichos pueblos.
* Iván P. Moreno Espíndola, Mariela Fuentes Ponce, Luis M. Rodríguez Sánchez, profesores-investigadores del área de Agronomía de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco que participan en el Programa de Investigación Sierra Nevada-Centli de la institución junto con productores del Valle de México.
Publicado en Telesurtv.net
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