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Detrás de la demanda electoral opositora
está supuestamente la necesidad del cambio de gobierno a partir de las
elecciones legislativas de este año. Casi toda la publicidad se da en el
cambio, cada candidato, cada alianza enarbola esa posibilidad con
definiciones como “es el final del ciclo”, “no se aguanta mas”, “ es
peor que la dictadura”, “autoritaria, despechada, rencorosa”, “yegua”,
“ella o vos”. Como es dable observar una catarata de reflexiones
políticas profundas, destinadas a apuntalar el pensamiento y generar
conciencia nacional. Da vergüenza ajena la oposición política.
Supongamos por un instante que todas las
adjetivaciones fuesen ciertas, aún así, no se expresa ningún análisis
político serio sobre la marcha de la Patria en los últimos 10 años.
Ninguna mención a la recuperación del estado en su rol excluyente, en la
pugna de intereses que anida en cualquier sociedad, superando la teoría
del mercado neoliberal, darwiniano y egoísta que condenó a los
argentinos durante cuatro décadas desde 1976. Como la lista de
realizaciones sería exageradamente larga para un artículo sólo haré un
repaso de las contradicciones, supuestamente ideológicas, que anidan en
la oposición, en especial en las que vienen del campo nacional, aunque
alejadas de lo popular.
Se plantea que esto no es peronismo, que
el gobierno es montonero, que es evitista y camporista, que son los que
Perón echó de la Plaza de Mayo, que desprecia a los trabajadores, que es
corrupto y trabaja para sus empresas amigas, que sus funcionarios son
de “otro palo”, desde ucedé a marxistas, todo expresado bajo un manto de
pureza franciscana, ahistórica y virginal.
A Perón no se lo recita, se lo ejecuta en
la práctica y este gobierno desde el 2003 viene sistemáticamente
aplicando peronismo. La leyes laborales recuperadas, los derechos
sociales ampliados en todos los rubros desde jubilaciones a la AUH, los
espacios de decisión nacional ejercidos soberanamente tanto en lo
económico como en el plano internacional, siendo protagonista la
Argentina del grupo de los 20 exigiendo la modificación del Consejo de
Seguridad de la ONU, además de pedir la incorporación de la OIT a ese
ámbito, como asimismo la adecuación de los organismos de créditos
internacional a los procesos de desarrollo antes que al apuntalamiento
del sector financiero global, terminar con la hipocrsía de los paraísos
fiscales, todos elementos de trágica fama en los años del
neoliberalismo. En lo regional el fortalecimiento del MERCOSUR con la
incorporación de Venezuela, la creación del UNASUR y la CELAC
herramientas que ya están siendo atacadas por los agentes locales del
imperialismo para debilitarlo, como la Alianza del Pacífico motorizada
por EEUU para fracturar un frente de gobiernos democráticos y populares
que no han podido desplazar, como en Venezuela en el golpe de estado del
92, el intento de golpe de Ecuador con la policía, la fractura
intentada de Bolivia entre los llanos oligárquicos y la sierra profunda
indígena, para debilitar a Evo Morales en una nueva balcanización. Lo
lograron en Paraguay con un golpe palaciego teñido de democrático por
las Cámaras Legislativas, también en Honduras con un golpe militar y
expulsión del presidente Zelaya.
Si hubo en nuestro país, redistribución de
la riqueza, aumento impresionante del trabajo, se puso en calidad de
beneficiarios plenos de la seguridad social a la mayoría de los
argentinos, en especial los de edad jubilatoria con una cobertura del
94%, la mayor de América, si se recuperaron los fondos de las AFJP. YPF,
el Banco Central al servicio de los argentinos, la Bolsa de Valores, la
distribución de energía, aguas argentinas, Aerolíneas Argentinas, las
leyes laborales, las paritarias, el Consejo del Salario y podría seguir
con transformaciones estructurales que modificaron sustancialmente la
vida de nuestro pueblo, en especial a través de la obra pública, en
particular agua corriente y cloacas, verdadero logro del apuntalamiento
de la salud pública.
Si el pueblo tiene trabajo, la Argentina
tiene dignidad internacional para no someterse, ni a los fondos buitres,
ni a las demandas de los organismos internacionales, si la
industrialización está avanzando, la investigación y el desarrollo hoy
tienen ámbito y logros, entre ellos haber repatriado casi mil
científicos argentinos que políticas neoliberales habían desparramado
expulsando al exterior, si volvimos a producir tecnologías de punta y
estamos en carrera de articular nuevos logros en materia satelital, con
un mercado interno que acompaña con protagonismo el fortalecimiento del
PBI, sin déficit y con balanza comercial equilibrada, manteniendo
índices de crecimiento, con trabajo argentino, en un mundo que se
derrumba: ¿Por qué debemos cambiar? ¿ a que abismo nos debemos asomar? ¿
que teoría ajena debemos adoptar? O es que nos acostumbramos a la
“profecía autocumplida”, si todavía nos va bien, seguro se acaba, en la
repetición automática de los ciclos de 10 años. Pues bien en el 2015
serán 12 años y el modelo seguirá.
*Publicado por NAC & POP
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