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miércoles, 6 de febrero de 2013

LOS DESAFÍOS DEL MODELO ECONÓMICO ARGENTINO

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Por Federico Bernal*

El 22 de diciembre de 2009, escoltado por su tropa de asalto, Darth Vader inauguraba la tradicional campanada de apertura de la Bolsa neoyorquina. Nada más oportunamente sarcástico. Se cumplía un año de la crisis internacional y punto de partida de la avanzada del terrorismo financiero y especulador occidental sobre los pueblos estadounidense, de la periferia europea y del Tercer Mundo. Desde entonces, muchas batallas se vienen librando, aunque sólo una destaca por su carácter emblemático y su progresiva influencia y prestigio planetarios: el "mal ejemplo" argentino.
El "sistema financiero global de rapiña y sus derivados" declara la guerra abierta a la revolución redistributiva que encabeza la tiránica princesa Leia (del universo real). La soberanía económica alcanzada por vía del exitoso desendeudamiento resulta inadmisible. La servidumbre imperial en los confines galácticos –Clarín para citar un caso– golpea como puede. Edición tras edición renegando que la inflación en la Argentina "quintuplica al promedio de América Latina" y que ya se ubica en el "nada encomiable Top 4 del mundo, un ranking donde sólo la superan Sudán, Sudán del Sur y Bielorrosia (sic)". La fuente del ranking fue omitida, como omitido también, edición tras edición, el hecho de haber sido justamente la Argentina el único país del "concierto de las naciones" en comenzar a revertir el endeudamiento sin ayuda de préstamos externos, sin medidas opresivas contra su propio pueblo, ni con terceros países. ¿Pero qué puede importar esta inédita conquista a la Argentina del atraso y la exclusión, la primera desde el ingreso del país al FMI en 1956, si los intereses semicoloniales van de perillas con un país atiborrado de pobres, empréstitos, intereses leoninos, extranjerización ascendente de acreedores y moneda de pago? Ojalá la izquierda europea leyera tanto a Jauretche como la izquierda argentina a Gramsci: asesorarse con los técnicos del FMI es lo mismo que ir al almacén con el manual del comprador, escrito por el almacenero. Paradójico resulta pues nombrar de "crisis de deudas soberanas" a la crisis de la Unión Europea, cuando son los mercados, los fondos buitres y las corporaciones financieras (en el poder) quienes deciden si pagar o no y cómo hacerlo, quienes fijan (imponen) las políticas económicas y sociales internas. Inversamente y en la Argentina soberana, las cadenas de la dependencia externa estallan por el aire, y con ellas, los manuales del comprador escritos por los almaceneros. Denuncia el neoliberalismo criollo que el "gasto público" va camino a ser la mitad del PBI en 2013. ¡Irrespetuosa la colonia, que gasta indiscriminadamente mientras desafortunados banqueros, CEOS y estafadores del Primer Mundo mendigan en las puertas de sus palacetes de antaño. Darth Vader respira más agitado de lo habitual. La Estrella de la Muerte está en camino. Próxima parada: la Argentina y Unasur.
ULTRACONSERVADURISMO CONTRA ARGENTINA Y LA UNASUR. Ninguno de los medios de la semicolonia puede explicar la vinculación entre la mala performance argentina en el Index of Economic Freedom (IEF) y los resultados del modelo kirchnerista. El mismo informe IEF versión 2013 nos ubica en el inframundo, con la posición 160 sobre un total de 176 pero con un "PBI de 8,9% en 2011, un promedio de crecimiento anual del 6,8% durante el último lustro, un desempleo del 7,2%, una inflación del 9,8% y una relación deuda/PBI del 44,2 por ciento". La célebre Heritage Foundation (autora del IEF o, como definimos en nuestra columna del 20 de enero, del Manual del Perfecto Cipayo Latinoamericano) tampoco puede explicar la contradicción, por lo que responde contraatacando con más índices del almacenero: caída argentina en el Freedom of the Press Index (inversamente proporcional a la mención de la palabra clave "Clarín" en medios ultraconservadores de EE UU y Europa), el aumento del riesgo país y el regaño del FMI. Mide mal el "mal ejemplo" argentino, así que Darth Vader contraataca. Con apenas dos días de diferencia, el ultraconservadurismo estadounidense dedicó a nuestro país varios notables artículos. El primero, de la Heritage, se titula "Irán, Argentina, Terrorismo y la Comisión de la No Verdad". Allí se expone y sintetiza como en ningún otro artículo, las razones del odio imperial: "Bajo la presidente peronista Cristina Kirchner, la Argentina ha violado el Estado de Derecho, ha eludido sus obligaciones de deuda internacional y se ha embarcado en un comportamiento mafioso para intimidar a las Falkland Islands. En el frente interno, el régimen Kirchner (sic) está librando una guerra contra los medios independientes, llevando a la justicia a las estadísticas que dicen la verdad sobre los niveles de inflación en el país." Sin embargo, es otra nota de la Heritage la que da en el clavo. Su título: "EE UU y la Unión Europea deben ponerse firmes del lado del Estado de Derecho en América Latina." Así arranca: "En 2011, el presidente venezolano Hugo Chávez organizó la CELAC para servir específicamente de órgano regional que excluya a EE UU y Canadá, órgano que algún día pudiera suplantar a la OEA. [Consecuentemente] la Unión Europea no debería haberse visto sorprendida cuando, durante la segunda cumbre UE–CELAC en Chile, los chavistas (sic) a cargo de la Argentina, Bolivia y Venezuela bloquearon los intentos de la UE por reforzar el Estado de Derecho y la protección de sus inversiones en América Latina.[...] El Presidente Obama debería trabajar con la UE para presentar un frente unido contra los chavistas renegados (¡sic!), en el interés de los inversores estadounidenses y europeos [...]". En Chile, Merkel siguió los malogrados pasos de Bush con el ALCA. Una vez más, las naciones industrializadas negando la industrialización a América Latina. Pero Suramérica unida, alcanzando lo que le había sido objetivamente imposible en los siglos XIX y XX, rechazó el manual del comprador escrito, en este caso, por la almacenera germana. 
LA CUESTIÓN NACIONAL. Darth Vader toma nota de la grave amenaza que la CELAC representa. Cómo no hacerlo después del resultado de la última Cumbre. Cómo no hacerlo después de haber escuchado la carta que el presidente Chávez dirigió a los pueblos de la Nación Latinoamericana. Rescatamos los fragmentos más importantes: "[...] quiero compartir con ustedes una certeza: gracias a la CELAC ya nos vamos pareciendo a todo lo que una vez fuimos y a todo lo que quisimos ser pero nos fue arrebatado [...]. El espíritu de la unidad ha vuelto con toda su fuerza; [...] La CELAC es el proyecto de unión política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea." Para cerrar esta idea, Chávez eligió una cita memorable desde su trascendencia histórica, presente y futura: "Estas iluminadoras palabras, en una línea claramente bolivariana, del gran pensador argentino Jorge Abelardo Ramos en su Historia de la Nación Latinoamericana (1968), deben llamarnos a la reflexión: 'El subdesarrollo como dicen ahora los técnicos o científicos sociales, no posee un carácter puramente económico o productivo. Reviste un sentido intensamente histórico. Es el fruto de la fragmentación latinoamericana. Lo que ocurre, en síntesis, es que existe una cuestión nacional sin resolver. América Latina no se encuentra dividida porque es sino que es porque está dividida'. El subdesarrollo es hijo de la división, y, por eso mismo, es decisivo resolver la cuestión nacional nuestroamericana en los próximos años. Hoy contamos con todas las condiciones objetivas y subjetivas para hacerlo." Aquí, la Carta de Jamaica de la Segunda Emancipación. Pues bien, en la Argentina se verifican iguales condiciones objetivas y subjetivas para resolver la cuestión nacional inconclusa. Subdesarrollados somos aún, es cierto, mas no por falta de desarrollo sino por la subsistencia de las históricas barreras estructurales que impiden la definitiva liberación de nuestras fuerzas productivas y la unidad de las clases populares. Darth Vader lo sabe. A propósito y en el flamante libro Civilization (2012) –infinitamente aclamado por el Occidente del Destino Manifiesto–, el heredero de Fukuyama dedica varias páginas a las causas estructurales históricas de la diferencia entre EE UU, la Unión Europea y la América del Sur contemporánea, reflejadas excepcionalmente en la Cumbre de Chile. Causa principal: la extrapolación a América (hispánica) del subdesarrollo español durante la conquista, inversamente a lo sucedido con la colonización de Norteamérica por la ascendente Gran Bretaña. Atribuye a esta causa primigenia, el fracaso de Bolívar de no haber podido crear los "Estados Unidos de América del Sur", como sí sucedió en la América británica. Luego, el autor señala como causas secundarias de la inconclusa Nación Suramericana, el problema de la inequidad en la distribución de las tierras, su apropiación y concentración por parte de élites domésticas minúsculas, un problema "que hoy subsiste y que continúa siendo una de las mayores diferencias entre América del Sur y América del Norte". En fin, imperialismo y élites domésticas en cada uno de los Estados desmembrados aborrecen la concreción del sueño bolivariano y sanmartiniano. Y de su concreción depende el triunfo de las clases populares, la industrialización y la justicia social en la Argentina y en la Unasur. Pero a estar muy prevenidos, que la atomización regional es más que una amenaza regional. La provincialización, hoy comandada por el gobernador De la Sota y el alcalde Macri (en representación del unitarismo histórico de la ciudad puerto) intentan debilitar la justificación de la Argentina como país. Mientras tanto, las élites agrarias y las multinacionales de los agronegocios siguen dominando la llave de la resolución de la cuestión nacional argentina, la renta agraria. Los sojeros retienen un 74% las ventas en enero en relación a 2012, provocando una caída de la recaudación de miles de millones de pesos, afectando al Fondo Federal Solidario en recursos transferidos a las provincias por cerca de 400 millones y agudizando la corrida contra el peso. La mejor defensa para la consolidación de la democracia, la paz, la justicia social y la modernización económica de nuestros pueblos reside, una vez más, en resolver la cuestión nacional argentina y latinoamericana, que son la misma cosa, que son todo.

*Publicado en Tiempo Argentino

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