Por Dr. Rubén Visconti*
La historia reciente nos refiere que alrededor de
los años de los 30 del siglo pasado sucedieron hechos que tienen bastante
similitud con los actuales acontecimientos que estamos viviendo en nuestro
país. Aquellos hechos nos cuentan como un partido
político de izquierda, el Partido Comunista que gobernaba desde hacía alrededor
de una década en la Rusia Soviética, apoyó a los nazis en Alemania en sus
primeras tareas de persecución y destrucción de la social democracia alemana que
gobernaba el país.
Todos conocemos como terminó esa historia, tomado
el poder y liquidada la social democracia mencionada, la persecución nazista
reorientó sus objetivos dedicándose, ahora, a la persecución de los miembros
del Partido Comunista.
Si bien, ambos, los social demócratas y los
comunistas eran desde los comienzos totales enemigos entre sí, y ello como
consecuencia de graves errores de los primeros en sus tratos para con los
segundos, las consecuencias que hemos relatado o sea el apoyo comunista a los
nazis, no tiene ninguna explicación lógica visto los acontecimientos
posteriores que condujeron al nazismo a la puesta en marcha de un plan atroz
apoyado en la segunda guerra mundial.
Así los hechos, los que pueden ser verificados en
cualquier manual relacionado con la historia de la primera mitad del siglo
pasado, solo un análisis muy complejo y difícil de dejar en claro nos puede
facilitar las causas profundas que determinaron esa conducta equivoca y
tremenda que conllevó al apoyo de un sector de la izquierda a participar en el
aniquilamiento de otro sector de la izquierda, sin preveer las seguras
consecuencias que sobre si mismos produciría ese fatal error.
Quizás la única válida sea la explicación que
alguna vez tratamos de dar con respecto a la conducta de un sector de la
sociedad argentina que actúa impulsada exclusivamente por manifestaciones de ODIO
que es mayor cuanto más amor existió entre partes, conductas que asimilamos a
las de los ex amantes despechados u
olvidados por sus viejos amores.
Sintéticamente, expresada esta verdad con la frase
en boga que afirma que ”sólo se puede odiar tanto porque a su vez se ha amado tanto”.
Del cerebro de Carlos Marx, surgieron ambas
corrientes de izquierda, la social democracia o socialismo y el comunismo, fueron
durante años compañeros en sus luchas, divergieron finalmente en forma total
alrededor de la primera guerra mundial para de allí en adelante tomar caminos
diferentes y antagónicos, y comenzaron a odiarse de allí en más olvidando
totalmente que habían nacido de una misma interpretación del mundo, de críticas
similares al funcionamiento del sistema económico dominante, y, por lo tanto,
con objetivos finales destinados a superarlo para alcanzar una sociedad mejor.
Pero, no obstante, terminaron como lo dijimos con
una expresión de odios de tal magnitud que a uno de ellos los llevó al tremendo
nivel de colaborar en la destrucción del otro, para lo cual abrieron las
puertas hacia su propia destrucción.
Tremendo error cometido por un sector que debemos
utilizar en la actualidad argentina de hoy para no cometer iguales errores,
iguales expresiones de odio y desquite, ya que los resultados de no corregirse
pueden generar las mismas consecuencias que las relatadas.
En el país existe un sector social que decidida y
dramáticamente manifiesta un ODIO VISCERAL contra todo proyecto destinado a la
realización de políticas que en síntesis se pueden expresar como populares y
nacionales, “con olor a negro” para expresarlo mejor y con mayor exactitud, que
se puso de manifiesto particularmente cuando la aparición del peronismo, pero
cuyos inicios pueden señalarse desde los comienzos de la formación nacional,
con ejemplos tales como la ley de residencia, las matanzas del 19, las de la
Patagonia, con puntos críticos en los golpes militares de los años 30, 55, 66 y
76 del siglo pasado; todo un sector social que en defensa de sus intereses los
abroca en trincheras muy profundas imposibles de tomar, ya que son el fruto de
ese odio imposible de entender, hasta las cosas más simples, más humanas y
sobretodo más lógicas que suceden en el incesante devenir de las sociedades
humanas, nada les viene bien, nada aceptan en defensa de ese staquo quo que les
exigen ser fiel al 100 % y aún más por ciento de sus creencias, sus conductas
obligadas a seguir viviendo sin que el paso de los tiempos les afecte, son
siempre iguales a sí mismas, caricaturas de sí mismas, desconociendo los
procesos históricos, por ejemplo, los que debió y aún deber aceptar la Iglesia
Católica impedida de usar la Inquisición, reconocer que el mundo es redondo y
que la Tierra es sólo uno más de los componentes infinitos creados por la
naturaleza en el cual debemos vivir transitoriamente y sin ningún destino final
posterior a nuestra vida mortal transitoria y final.
Son estratos que no pueden y por lo tanto ni
siquiera pueden desear la existencia de un mundo diferente, más igual, más
feliz y por tanto más libre. Todo se resume en ellos en ese ODIO que no pueden
refrenar, ni dominar y por lo tanto de OLVIDAR. Viven, históricamente, todos
los beneficios que les otorga el poder expresado en los poderes económicos y
legales que la sociedad ha construido, mantenido por las falsas creencias de un más allá hipotético e imposible y
actúan exclusivamente en defensa de ese Poder que para su entendimiento, no
debe ser disminuido y ni siquiera alterado en parte destinado como lo está
desde siempre exclusivamente en la defensa de sus privilegios.
Aunque no lo expresan, analizan las cosas de la
misma manera en la cual lo hacía aquél Rey de Francia cuyo reinado procedía de
una decisión divina según el poder de aquellos tiempos, cuando expresaba “EL
ESTADO SOY YO”, frase que todos los componentes del sector al cual nos estamos
refiriendo se repiten por lo bajo.
¿Cómo podríamos expresar en un resumen final el
comportamiento de este sector de la sociedad argentina para identificarlo
sintéticamente? Si lo hacemos
relacionando con los hechos sucedidos en Alemania en los años 30,
seguramente correríamos el riesgo de que al calificarlos de nazis nos estemos
excediendo un poco, ya que habría que explicar más para calificarlo de esta manera.
Por ello, creemos que si usamos algunos hechos recientes, por ejemplo, los
cacerolazos habidos en la ciudad de Buenos Aires mediante los cuales quedaron
patentes los rostros desencajados, con miradas e insultos desmesurados, con
castigos corporales a algunos fotógrafos, seguramente esta ejemplificación sea
la más ajustada a la realidad y contengan el adecuado resumen de estos
individuos, y desgraciadamente de individuas y algunos jóvenes que solo
supieron expresarse con manifestaciones de ese ODIO VISCERAL Y NADA MAS NINGUNA
IDEA, NI ANALISIS, NI PROPUESTAS, ODIO PURO PURISIMO Y….NADA MAS. Rostros del
odio y nada más.
Pero como el objetivo de este artículo solo le
dedicó estos párrafos colaterales a la única razón de una descripción de este
grupo que procede y actúa sin fisuras,
sin rendijas, sin concesiones, seguimos adelante con el otro sector
social, más heterogéneo conformado por aquellos que responden a un conjunto de
ideas más dúctiles con la realidad a tal punto que a veces apoyan las
propuestas ajenas, como la del matrimonio igualitario, la ley de medios, pero,
que no obstante siguen representando posiciones y apoyos a ese primer grupo al
que calificamos finalmente como la DERECHA, a la cual sirven sin advertir que
ellos también serán las primeras víctimas primerísimas de un posible triunfo de
la misma. Aún así, queremos abocarnos particularmente a otro grupo muy especial
que, traicionándose a si mismo viene adoptando posiciones posiblemente adversas
a sus propias creencias, ha comenzado a abandonar sus apoyos a los programas
populares y nacionales, y arrimándose a la derecha que los aprovecha, ya que se
colocan a su servicio en los medios de comunicación y tratan de sacar provecho (¡pobres
giles¡) de que se les brinde las posibilidades de poner su rostro en los medios
de comunicación que, casualmente, son los líderes visibles de los programas
de esa DERECHA.
Es decir, siendo cazadores, ir al bosque a cazar
leones para que estos jueguen con ellos para continuación comérselos con sal y
pimienta.
Particularicemos ahora en el ejemplo actual de un
grupo que luego de haber pasado años apoyando y beneficiándose con los planes y
medidas económicas y sociales del gobierno nacional, hacen como aquellos
comunistas de los años 30 en la Alemania pre nazi, apoyando a sus virtuales
enemigos para ser eliminados totalmente.
Mencionemos a los Moyano para identificar el caso
que queremos retratar pero no por ello dejar de mencionar a otros grupos
políticos como la tradicional izquierda u algunos otros laderos como los Binner
y los Solanas y otros más tontuelos como los Alfonsines que están apoyando
reclamos y proponiendo soluciones con similitudes con los planes de la DERECHA
QUE LOS INVITA PERMANENTEMENTE A SUS PROGRAMAS DE TV PARA SACARLES EL JUGO
DERIVADO DE SUS OBVIAS CONTRADICCIONES PARA TIRARLOS DESPUES EN EL CHARCO DE
LAS MAYORES INFAMIAS DE LA CUAL NO PODRÁN LIMPIARSE JAMAS. PERO NO SE PREOCUPEN,
NO VIVIRAN MUCHO MAS.
En cuanto a esas izquierdas que no tienen
capacidad para relacionar sus posiciones con las realidades de los tiempos y
apostando a que lo más es lo mejor, les doy un consejo de viejo militante, no
vayan más Palermo a apoyar a la Sociedad Rural con fotos de Lenin cuando ellos
festejaban el triunfo otorgado por el por el imbécil e incapaz vicepresidente
Cobos.
*Doctor en economía, Docente de la UNR, Miembro del CEP
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