Por Dr. Rubén Visconti*
En los tiempos actuales ha quedado claramente establecido que las economías
nacionales cuando entran en crisis enfrentan, para tratar de superarlas, dos
tipos de soluciones, según quienes ejerzan los gobiernos, unos, si se apoyan en la teoría liberal de mercado
sin intervención del Estado, y otras que, advertidos de que esas soluciones no
son tales sino que con ellas solo se consigue la profundización de esas crisis
en las cuales existen claros ganadores y perdedores.
Identificados los primeros
entre los grupos dominantes poseedores de los bienes de producción y de cambio
o financieros que exigen que los
remedios pasen por las políticas denominadas de AJUSTE, consistentes en volver
atrás en los niveles de reparto de las riquezas nacionales, mediante
congelación de sueldos, salarios y jubilaciones, rebajas en los impuestos que
los gravan, liberalizaciones del comercio internacional, devaluaciones
monetarias y, consecuentemente, aumento de la desocupación, achicamiento del
mercado interno por esa disminución de ingresos populares y, sintéticamente,
impulsar todas las medidas que conduzcan a facilitar la mayor concentración de
las riquezas en su favor, bajo la “promesa” de que cuando la crisis sea
superada y sus poderes económicos restablecidos, ellos, los propietarios de
todo, harán funcionar la teoría del “rebalse”, que significa que ellos los
dominantes y apropiadores de todo, ahítos y rellenos, hayan alcanzado el nivel
del hartazgo, decidan, antes de ahogarse por sus riquezas excesivas y monstruosas,
recomiencen el proceso de reparto entre los pobres con sus sociedades de
beneficencia tradicionales destinadas al
otorgamiento de pedazos de pan y alguna sopa aguada para que los desposeídos y
explotados no se mueran de inanición; dado que les son necesarios e
indispensables para seguir explotándolos para el caso de que la crisis se
repita.
Todas estas soluciones referidas al
Ajuste SON TOTALMENTE ILÓGICAS Y POR LO TANTO ESTÚPIDAS O EN CASO CONTRARIO
INESCRUPULOSAS; en el primer caso porque las mismas son absolutamente
contrarias a los fines y objetivos del
proceso en los que se funda la economía tanto individual como nacional.
Preguntémonos con interrogantes muy simples en cuyas respuestas todos
estaremos acordes, por ejemplo: ¿cuál es el objetivo primario e indispensable
para que un comerciante se decida abrir un negocio de ventas? obviamente,
vender y vender cada vez más y cuánto alcanzará su volumen de ventas constituye
la incógnita básica de su actividad. Por lo tanto, siempre resolverá en favor
de que siempre existan más compradores con capacidad adquisitiva suficiente y
en el mejor de los casos que la misma sea creciente.
Lo que le sucede a un fabricante tiene similares componentes: ¿cuáles serán
los consumidores potenciales? ¿En qué medida se incrementarán en forma continua
y creciente? Como en el caso anterior, para proseguir y progresar requiere que
el mercado de compradores crezca y no disminuya.
En el caso del Estado Nacional, bajo el objetivo de que la economía globalmente
crezca será el crecimiento del Mercado Interno, de modo no solo de beneficiar a
los pobladores del país como compradores o vendedores impulsando el crecimiento
de sus ingresos reales para un mayor bienestar sino, además, para obtener como
gobierno mayores ingresos los que permitirán mayores y mejores impuestos, es
decir, en los tres ejemplos podemos hallar absolutas contradicciones con las
propuestas del AJUSTE que apunta reducir los ingresos de la población en
general, con el consabido reducción del mercado interno y, por lo tanto,
obteniendo en consecuencias menores ventas por reducción de las capacidades
adquisitivas y de capacidad de imposición.
Si en cambio, todos los contrarios al AJUSTE, como lo ponen de manifiesto
las medidas adoptadas por el actual gobierno, impulsan el crecimiento del
MERCADO INTERNO con una mejor distribución de la riqueza, con los aumentos
periódicos a los jubilados y pensionados, el funcionamiento de los aumentos de
sueldos y salarios, el aporte por hijos, la construcción de rutas, escuelas y
parques industriales, entre otras medidas, menor desocupación, micro
emprendimientos y demás, los efectos contrarios a las políticas de AJUSTE acorde
con los principios económicos y no contrarios a ellos, generando superávits
fiscales, y un mercado internacional productor de divisas que al no tener la
cruz de la deuda externa con altos intereses y directivas del Fondo, permiten garantizar
el avance del país y de todos los 40 millones hacia una sociedad más justa y por lo tanto más libre.
Si este análisis está respaldado por
la lógica más ramplona que pueda imaginarse como lo vienen probando los cambios
sucedidos en la sociedad argentina desde el 2003 a la fecha, con la aprobación
de un 54 % y que, contrariamente como a lo vienen pronosticando los falsos
profetas del AJUSTE CADA VEZ QUE COMO AVES DE RAPIÑA QUIEREN OSCURECER NUESTRO
CIELO, las dudas entre el modelo en ejecución y el proyecto del AJUSTE queda
relegado a otro análisis que nos permiten afirmar que el Plan del Ajuste no nos
propone medidas estúpidas sino que el calificativo aplicable es de ser
INESCRUPULOSAS pensadas solamente en favor de los sectores dominantes de la
economía nacional, la Sociedad Rural, los monopolios y oligopolios únicos
causantes del proceso inflacionario que denuncian en tanto lo provocan, sumados
todos a los grandes capitales financieros que supliendo a los productivos
buscan acentuar sus volúmenes como lo ejemplifica el estado de quiebra de casi
todos los países europeos en los cuales EL AJUSTE ES EL REY Y SEÑOR.
Terminamos sosteniendo que en realidad a esas políticas económicas basadas
en el AJUSTE catalogarlas como inescrupulosas solamente sin agregarle otros
calificativos como el de MALIGNA Y OPROBIOSA es hacerle un favor ya que está
establecido que no se debe escribir sumando adjetivos, ¡PERO QUE GANAS DE
SEGUIR UTILIZANDOLOS!
*Doctor en economía, Docente de la UNR, Miembro del CEP
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