En general cuando actuamos en nuestra vida de relación, tanto con el Estado
y sus leyes como si lo hacemos con otros ciudadanos, y actuando, partimos de la
base de que siempre nos comportamos correctamente, respetamos las leyes y somos
francos, leales y honestos en todos los casos, pensando en cambio que todas las
conductas irregulares, irrespetuosas y, además, un poquito o en un mayor grado
de deshonestidad podemos asignárselas a
nuestros coterráneos que siempre, suponemos, tratan de meter y meten la mano en
la lata.
Y para ello, para ayudarlos a todos o mejor dicho, ayudarnos también a
nosotros mismos vamos a analizar aspectos de esas nuestras conductas con
algunos ejemplos concretos.
Por ejemplo, el contrabando, que hecho por otros nos permite adquirir
productos más baratos con lo cual nos beneficiamos sin advertir que al mismo
tiempo ocasionamos un daño más o menos grande a comerciantes y fabricantes que
teniendo sus negocios en el país se
perjudican porque esas No ventas pueden asimilarse a un robo.
Lo mismo sucede con el Estado que pierde de recaudar con los impuestos que
no se pagan a la Aduana, y, agregando a otras actividades como las del
transporte, seguros y demás.
Por otra parte, si los comerciantes e industriales venden menos deben
comprar y fabricar menos razón por la cual necesitan menos empleados y, como
consecuencia generamos desocupación, en lo cual quizás terminemos nosotros incluidos.
Analizado así el contrabando debe ser acusado de deshonesto y altamente
perjudicial para todos, aun para los que nos beneficiamos inicialmente con una compra
más barata.
Concluyendo, el participar en cualquier nivel con los contrabandistas nos
hace acreedores a ser participantes activos en esa actividad, por lo cual,
lejos de ser correctos y honestos incursionamos en el terreno de las
incorrecciones y las deshonestidades.
El contrabando se parece bastante dado que tiene los mismos objetivos a
otras actividades como ser la compra venta del dólar paralelo, y se parece,
también ésta es una actividad ilegal, deshonesta, en la cual si participamos
podemos, incluirla como a otras, en ese grupo de aquellas que primero nos
benefician en lo personal, pero que a continuación nos hace corresponsables en
una actividad que genera un daño para todos, para nosotros mismos, para la
economía del país a la que lo ocasiona serias dificultades.
Por lo tanto, quienes participan en el contrabando como vendedores o
compradores de productos ilegales, deben ser juzgados y sancionados, también los
que lo hacen participando en la compra venta del dólar paralelo deben ser
juzgados y sancionados, o, por lo menos, limitados e impedidos en su accionar
para impedir daños generales y mayores.
Somos deshonestos y como resultado de nuestro accionar ocasionamos un daño
a todo el resto de nuestra sociedad, también culpables.
¿Porqué participamos? Todos afirman que es para respaldar el valor de
nuestros pesos contra el riesgo de una supuesta devaluación, es decir, de un
dólar más caro y seguro.
¿Quienes nos impulsan a la compra de dólar anunciando catástrofes en la
economía nacional ,en el nivel de precios, en el incremento de la inflación?
¿Son inocentes que se preocupan de los posibles males de todos o son solo
interesados en la generación de un clima que nos impulse a la compra de dólares
en el mercado negro como así lo hacen los contrabandistas que nos tiran el
anzuelo ofreciendo mercaderías de “muy buena calidad a bajo precio”, sin
garantías de ninguna naturaleza, sin que ni siquiera podemos encontrarlos
porque cambian de “cueva” todos los días?
¿Quien puede dudar de cuál es la respuesta?, a esos difundidores de males
inmensos solo les preocupa sus intereses generando como se suele decir que a
“río revuelto ganancia de pescadores” y los pescadores son ellos, no el resto de
giles que actúan en función del pescado que se perjudica y no de los que tienen los
anzuelos para pescarnos.
El hecho real, que como sucede en todo proceso económico, máxime con el
funcionamiento de la economía liberal, la del mercado libre dominado en
realidad por los monopolios que hacen de nuestra libertades un mito y que, por
lo tanto, nos estafan, nos engañan como en la historia de Caperucita anunciando
la llegada del lobo, que en realidad son solo ellos que vacían permanentemente
nuestros bolsillos, mientras no terminan de hartarse llenando los suyos sin
límites.
Pongamos un ejemplo, ¿a quienes interesa un dólar más caro? Seguramente no a
los trabajadores de cualquier categoría que perciben sus sueldos y salarios fijos
mes a mes sin poseer ninguna posibilidad de defensa contra el incremento de los
precios como resultado del proceso de devaluación, proceso del cual tenemos las
más tristes experiencias en la Argentina, la primera de ellas es la del año
1955, cuando bajo el asesoramiento de Prebish el gobierno militar que derrocó a
Perón devaluó el peso ante el dólar llevando sus valores de 3,50 a 18 pesos. La
segunda cuando Alzogaray, aquél que prometía “hay que pasar el invierno”
devaluando otra vez la moneda nacional, y para tercera cita, el mismo proceso del
2002 que deterioró todos los ingresos fijos en un 300%, en tanto los señores de
las tierras productivas se beneficiaron con el incremento de sus has. que
pasaron de 1.500 dólares hasta 20.000 dólares, transformándolos a todos en mega
millonarios, en tanto que sus respuestas
son negativas para pagar un impuesto inmobiliario rural un poco superior a las miserables monedas actuales, y así
podríamos seguir ilimitadamente, afirmando que, como lo prueban las
consecuencias de todos los procesos de devaluación monetaria en el país y en
todos los países del mundo solo benefician a los poseedores de tierras, edificios, que como dominadores
totales del mercados son los únicos responsables de la inflación que obra
solamente en su beneficio.
Terminemos con un ejemplo en forma de interrogante, si las cosas no fueran
así como las estamos relatando ¿porqué desde
su creación en 1867 la Sociedad Rural viene sosteniendo que la única
política económica útil y eficaz para el país es la DEVALUACIÓN?
Al que crea que estamos exagerando lo invitamos a la relectura de todos los
discursos pronunciados por todos los
sucesivos Presidentes de la Sociedad Rural desde su creación hasta la
actualidad para corroborar esta afirmación que estamos efectuando.
Qué, además, va acompañada por otra que sostiene que en el País deben existir
4 vacas por habitante, de modo que ellos puedan vender al exterior en dólares
la mayor cantidad de vacas, sin limitaciones.
Concluyamos con este “relato” veraz y correcto: todos los que vienen
señalando que la economía argentina se desbarranca, va cuesta abajo, mienten a
sabiendas como lo vienen haciendo desde el 2003 a la fecha, reclamando AJUSTES,
anticipando desastres, creando incertidumbres, dudas y hasta escalofríos, que
lo hacen solo pensando en sus propios intereses sectoriales, que son contrarios
a una sociedad más igualitaria y justa; todos, diarios, programas de TV y de radio. Son los que estando en contra de
los intereses populares desean un país para ellos solos, volver a la época que
viajaban a Europa con una vaca para que sus hijos tomaran leche fresca y
argentina, que se ponen furiosos a medida que van entendiendo que ese País ya no
volverá en tanto el pueblo argentino rechace sus mentiras, sus pronósticos
falsos, como lo ha sido demostrado en las recientes elecciones del último octubre.
*Doctor en econòmía, Docente de la UNR, Miembro del CEP
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