Por Dr. Rubén Visconti*
Los comentarios que a continuación efectuamos serían solamente risibles si no
tuvieran origen en un diario argentino, La Nación, que así nos ha hecho saber
mediante una “alarmante noticia” publicada en su edición de días pasados. Deja
constancia así, de que la imposibilidad de los isleños es el resultado de la
negativa de los países americanos, que apoyando a la Argentina, han decidido,
en conjunto, que los barcos con bandera de las Islas no se abastezcan en sus
respectivos puertos.
Partamos de la base del siguiente cálculo. Siendo las habitantes de esas
islas invasores e ilegales supuestos
“dueños” de esas frías y destempladas tierras, procedan a devolvérnoslas
y regresen a su país de origen, Inglaterra, donde seguramente encontrarán bananas
a montones, y s no las hay pueden traerlas gratis de las islas del Caribe de
las cuales ese país mantiene su decisión de seguir ocupando con toda ilegalidad
nacida de sus procedimientos colonialista.
Como esta solución puede ser considerada un poco exagerada dado que
trasladarse en pleno invierno con todos sus bártulos, tenemos otra que confiamos
acepten.
Dos mil habitantes a una banana diaria de modo de
que puedan suplir su carencia de hierro y si no las pueden comer traten de metérselas en el
cuerpo por otra parte además de la boca, nos daría la siguiente operación,
2000 x 365 =730.000 bananas anuales
730.000 / 12 = equivalen a 60833 docenas
Cada docena puede ocupar un tercio de m2
Las 60.833 docenas hacen necesario para transportarlas / 3 = 20780 m2
Para transportarlas y aun así, antes, para comprarlas pueden solicitar un
crédito al banco de Inglaterra que seguramente se los dará, por el importe
resultante que algún importador inglés
les cobrará no muy elevado porque
tampoco las ha pagado a valor real ya que han
sido robadas en su función de antiguos piratas y filibusteros a los que la
Reina les ha autorizado y, para que al que robe
más otorgarle el título de SIR .
En fin, creemos que el asunto de la financiación será un problema fácilmente superable. Nos
queda el almacenaje, que tiene que ser en frío, también fácil de arreglar ya que
frió sobra en Malvinas y sus alrededores.
Nos queda el transporte, para lo cual proponemos que sacando los misiles y
demás armamento que posee el destructor que ya está cerca, obtendrán espacio y si
no les alcanza tienen al submarino con arsenal atómico para llenarlo de bananas
como complemento.
Así, y con esta gran colaboración de nuestra parte, tendrán bananas por un
año que quizás les duren más debido a
que a algunos de los isleños no les gusten para los cual podríamos hablar de
manzanas u otra fruta de nuestra Patagonia pero de los cual no conviene
avivarlos mucho no vaya que le echen el ojo y sostengan que también es de
ellos, total la plataforma submarina se puede medir del derecho y del revés.
A los chorros no se les puede dar confianza, no paran hasta no
afanarte todo.
Confiamos en que ambas soluciones son pasibles de ser puestas en marcha y
como el “destacado diario La Nación ha tenido el acierto” de hacernos conocer
este problema de la falta de bananas, pedirle al mencionado diario “argentino”
que se los trasmita a los isleños cumpliendo a satisfacción y seguramente, con
placer, el papel de cipayos que tanto
les gusta.
¡Allá van las bananas, quédense
tranquilos, estos argentinos son boludos de marca mayor, y por si acaso manden
fruta para los muchachos del diario! Es un buen título de primera página para el pasquín que también es socio
en Papel Prensa.
*Doctor en Economía - Docente de la UNR
Miembro del CEP
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