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lunes, 30 de enero de 2012

LA ECONOMÍA "MIXTA" Y SUS LÍMITES

Por Rubén Visconti*

Hace un tiempo explicamos que, a grandes rasgos, los sistemas económicos pueden clasificarse en tres: el liberal, al que definimos como aquél que distribuye la riqueza  sobre los propietarios sin ninguna participación del Estado; el colectivista, que toma la riqueza producida luego de haber transformado el derecho de propiedad de privado a colectivo y la distribuye según un plan; y el mixto, que rige en casi todos los países del mundo actual, el que está “autorizado” por parte de los propietarios a distribuir parte de la riqueza sobre la propiedad y, además, según las políticas que  ese Estado decida según sus inclinaciones.
Nuestro país vive y ha vivido en un régimen de economía mixta que acentúa, según las decisiones políticas, que esa distribución se efectúe con preponderancia de las políticas por sobre los deseos y voluntades de los grupos económicos o a la inversa. Pero, siempre recordando que el sistema básico, liberal y capitalista sigue subsistiendo.
Perón es el primer y claro ejemplo del dominio de la primera, la política, sobre la segunda, la economía, por lo menos durante el lapso que va desde 1946 a  1952, momento en el cual por razones de agotamiento de su modelo definido como el del “50% para cada sector”, trabajadores y propietarios, debió reducir la velocidad del proceso redistributivo dando lugar al Congreso de la Productividad y suspendiendo, además, el otorgamiento de aumentos de salarios con retroactividad, para señalar sólo dos aspectos significativos entre otros.
Pasaron muchos años durante los cuales sucedió  la dictadura y el plan liberal durante los cuales los poderes económicos dominaron ampliamente todas las decisiones políticas y llegamos a un avanzado estado de crisis general, con reducción de sueldos y salarios, de jubilaciones y pensiones, de incremento de la deuda externa, de desocupación y miseria general hasta que en el 2003 un nuevo gobierno fue reconstruyendo poco a poco esa economía mixta con un acentuado proyecto de igualdad en la distribución de la riqueza entre todos los sectores. Así las últimas elecciones apoyaron al gobierno con el 54% votos en su favor, desarrollando un plan de economía mixta con preponderancia de lo político sobre los grupos dominantes de la economía.
Pero ese dominio no es total, por eso se repite en las esferas oficiales y en los sectores populares que lo apoyan, que falta aún mucho por hacer, y es cierto, dado que esos grupos económicos han perdido solo una batalla y de ninguna manera la guerra. Pero, sin salir de la economía mixta.
Además, otro hecho a analizar es que en este proceso denominado “hacia la igualdad”, no todos los sectores populares tienen reclamos iguales, en tanto otros no se dan por satisfechos con lo logrado y  exigen más, como lo demuestra cualquier análisis sociológico que hace historia de los comportamientos humanos.
Por eso, la crisis actual, llamando crisis a algunos crujidos  del contexto social que se vienen escuchando aumentados en su magnitud por los pescadores de los medios de comunicación que los difunden.
Uno de ellos es el enfrentamiento con la CGT derivado de los diferentes niveles de ajustes de los salarios entre un 18 y un 25%, las quejas de los importadores, el traslado ilegal de capitales hacia el exterior, como dato natural la sequía, los precios internacionales,  etc., etc.
Hay también otros sectores denominados como clases medias que han mejorado ostensiblemente sus niveles de ingresos que solo apoyan al gobierno siempre  que les permita ganar más, y finalmente, una reacción de los grupos dominantes  que pretenden aumentar sus utilidades aún más, entre los que se encuentran  los capitales extranjeros de principal inversión en la faz productiva cuyo objetivo de radicación en el país no tiene nada que ver con hacer “beneficencia” sino solamente en mayores beneficios, en manejar las decisiones mediante los monopolios y oligopolios, en aprovechar los bajos salarios para reducir costos, y dejar de lado toda otras razones de interés social, como lo demuestra la actividad petrolera y, fundamentalmente, la actitud de los bancos extranjeros durante todos estos últimos años y aún más hacia atrás y las respuestas de aumentos de precios al aumentar la demanda agregada generando inflación.
Si para superar estos escollos el gobierno lanza programas, se avance de lo político sobre lo económico, tendrá los límites impuestos por la economía mixta por lo cual la resistencia a esos avances será cada vez mayor  y, por lo tanto, requerirá un esfuerzo dedicado al convencimiento de los sectores populares para mantener sus apoyo, al mismo tiempo que hagan oídos sordos a quienes solo criticando pretende el cambio de rumbo.
Un ejemplo claro de esta actitud que el pueblo español acaba de acompañar con su voto es la toma de poder del PP en España, que solo puede ofrecer mayor desocupación, hambre y ajustes a quienes lo apoyaron, cometiendo un grave error solo basados en su desesperación
Si eso llegara a suceder en la Argentina pronto regresaríamos al 2003. Si seguimos en una economía mixta (y seguiremos), cada sector reclamante debe entender de que se trata, hasta cual límite se puede llegar, y actuar en consecuencia para evitar las posibilidades de un regreso a una etapa de la cual recién acabamos de salir.

*Docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR
   Miembro del CEP

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