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martes, 1 de noviembre de 2011

INDIGNADOS

Por Alfredo Zaiat*

Empresarios del rubro textil se quejan por la competencia desleal de los puesteros de la feria de La Salada que venden mercadería fabricada en un circuito informal, reclamando que el Estado fiscalice y controle ese mercado.

Analistas acostumbrados a exponer discursos políticamente correctos exigen medidas oficiales contundentes para combatir el empleo infantil y el trabajo en condiciones de servidumbre.
Otra de las críticas que suelen vocear se refiere a que el mercado argentino tiene escasas normas para combatir el lavado de dinero, y no se cansan de desear la sanción al país por parte del GAFI, organismo internacional dedicado a ese tema.
Comerciantes con locales en arterias muy transitadas, que pagan alquileres elevados, piden una acción efectiva de fuerzas del orden para desalojar vendedores ambulantes y manteros localizados en su zona de negocios.
Economistas de vertientes ideológicas diversas señalan que se requiere de políticas públicas específicas para lograr disminuir el trabajo en negro, condición que, en los hechos, significa pérdida de derechos laborales y sociales.
Esos mismos profesionales indican que uno de los problemas de la economía es la evasión tributaria. Algunos proponen bajar impuestos y otros mejorar la tarea de la AFIP.
Actividad productiva en negro, empleo infantil, trabajo esclavo, lavado de dinero, vendedores ambulantes, trabajo informal y evasión impositiva, características de la economía que son criticadas y motivan exigencias de una presencia fuerte del Estado.
Cada una de esas situaciones e intervenciones que ha tenido el sector público para combatir esas prácticas no ha generado alertas, como la que han manifestado en estos días, en tono de indignación, esos mismos críticos por una necesaria medida de control y fiscalización en la compra de dólares.
Esos giros de dinero del submundo de la economía generan excedentes que, una parte, se dirigen a la adquisición de dólares. Diseñar un estricto esquema de inspección, que se agilizará a medida que se vaya implementando, para interrumpir el circuito económico que nace de operaciones ilegales o de elusión fiscal y terminan en la compra de dólares debería ser bienvenido. En cambio, ha provocado observaciones críticas del movimiento de indignados integrado por analistas y economistas del establishment, con definiciones y argumentos que asombran porque convalidan, sin inhibiciones, el funcionamiento de la economía en negro, cuya última estación es el atesoramiento de dólares.

*Publicado en Página12

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