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miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA ONU PUEDE IR TAN LEJOS COMO EEUU LE PERMITA

Entrevista de Keane Bhatt*

Keane Bhatt: Su nuevo libro Hopes and Prospects [Esperanzas y Posibilidades] comienza con la historia de Haití, y eso fue lo que discutimos la última vez, así que es un tema apropiado para iniciar la entrevista. Para cientos de miles de personas, habitar en una vivienda digna resistente a los huracanes es una quimera. A pesar de los miles de millones de dólares entregados a organizaciones de asistencia humanitaria, los habitantes del campamento de Carrefour deben pagar mensualmente un “impuesto” para permanecer allí, mientras existen 1.3 millones de personas que aún continúan desplazadas internamente.
Se estima que 8.000 personas desplazadas han sido desalojadas a la fuerza. Si existiera un estado democrático funcional en Haití, podría usar el dominio eminente para obtener tierra y construir viviendas permanentes para la población afectada. Pero en las próximas elecciones que los EE.UU. está financiando, el partido político más grande, Fanmi Lavalas, ha sido excluido, junto a otros trece, y no ha habido una iniciativa integral que brinde a las personas desplazadas las tarjetas de identificación necesarias para votar.
Usted ha hablado sobre el desprecio por la democracia que Estados Unidos ha mostrado anteriormente-la financiación en Haití de la candidatura del oficial del Banco Mundial y ex-ministro de Duvalier, Marc Bazin, contra Aristide en 1990, el castigo a Gaza por votar de manera equivocada, el financiamiento de partidos de oposición en toda América Latina-pero ahora parece que hasta han abandonado los pretextos de apoyar los procesos democráticos. Las elecciones de Honduras bajo el régimen golpista también han sido aceptadas, y es un ejemplo de ésto. ¿Estamos viendo una nueva tendencia hacia un mayor descaro y extremismo en este sentido?

Noam Chomsky: Creo que siempre ha sido cierto. La democracia es un peligro para cualquier grupo en el poder. Tomemos, por ejemplo, el caso de los Estados Unidos-formalmente tal vez una de las democracias más avanzadas del mundo. Y una de las primeras, de hecho-en el siglo 18 lideraban como tal. Los Padres Fundadores estaban muy preocupados por el peligro de la democracia y hablaron muy abiertamente sobre la necesidad de construir las instituciones democráticas que controlarían esa amenaza. Es por eso que el Senado tiene mucho más poder que la Cámara, para mencionar sólo un ejemplo.

KB: Pero parece que en cuanto a la política exterior, solía haber una mayor tolerancia hacia el proceso democrático formal. Ahora, demostrado por los casos de Honduras y Haití, no hay ni siquiera un esfuerzo para mantener esa pretensión.

NC: La literatura académica es bastante clara en este sentido. Con respecto a América Latina, pero de manera general es cierto en todo el mundo, la filosofía principal sobre la “promoción de la democracia” viene de Thomas Carothers. Él es un neo-Reaganista, quien cree que Reagan era una especie de Woodrow Wilson tratando de fomentar la democracia en el mundo, y estuvo en el Departamento de Estado en los años de Reagan trabajando en programas de aumento de democracia. Y él es un académico honesto. Y sigue con sus estudios al respecto prácticamente hasta el presente, y no voy a tratar todos los detalles, pero su conclusión es correcta y previsible. Dice que Estados Unidos apoya la democracia si-y sólo si-se conforma a sus objetivos sociales y económicos. Y dado que él es un fuerte partidario, considera esto una especie de paradoja.

KB: Una esquizofrenia...

NC: Sí, es esquizofrenia. Él llama a todo líder “esquizofrénico”. Bueno, los líderes son perfectamente realistas.

KB: En Estados Fallidos, Ud. menciona siete soluciones para enfrentar problemas internacionales. La tercera es: “Que la ONU tome la iniciativa en crisis internacionales.” Aunque entiendo la sabiduría general detrás de esta recomendación, más que todo con respecto a Irak e Irán, ¿cómo se aplica esto a Haití, que ha estado bajo la ocupación de la MINUSTAH de la ONU desde el golpe del 2004?

NC: En primer lugar, la verdad es que en estos pasajes yo estaba presentando la opinión pública. La opinión pública declara que “creemos que las Naciones Unidas, no los EE.UU., debe tomar la iniciativa cuando hay crisis internacionales,” y creo que esto tiene cierta legitimidad, pero debemos reconocer-y probablemente lo discutí en ese mismo contexto-que la Naciones Unidas no es un agente independiente. La ONU es un agente de los estados que lo constituyen y, más concretamente, de los cinco estados que poseen el veto en el Consejo de Seguridad, y aún más específicamente, de los Estados Unidos. La ONU puede ir tan lejos a como los EE.UU. le permita, pero no más que eso. Y está restringida por las condiciones que los estados poderosos, lo que significa sobre todo los EE.UU., imponen. Haití es un ejemplo de ello. Pero hay un montón de otros. Tomemos, por ejemplo, las sanciones impuestas a Irak bajo Clinton que se dieron hasta la invasión. Se denominaban sanciones de la ONU, y fueron administradas a través de la ONU, pero si se analiza más a fondo resulta que fueron sanciones de los EE.UU. Entonces sí, el defecto que mencionas está aquí, claramente. Pero eso es algo inherente en la estructura de la ONU. Claro, las Naciones Unidas, en cierta medida difunde el poder de los EE.UU. Por lo tanto es una agencia menos directa de los Estados Unidos que el Ejército estadounidense. Pero aún así, no puede escapar la distribución de poder en el mundo.

KB: Y en casos más vulnerables, lugares que no pueden defenderse o reclamar sus derechos, como Haití, hay una mayor manifestación de eso.

NC: ¿Quién va a oponerse? Inglaterra no se va a oponer, Francia se une a los Estados Unidos. De hecho, Francia es uno de los más grandes torturadores de Haití, tanto históricamente como actualmente. China y Rusia no van a participar. Bueno, entonces sólo queda EE.UU.

*Publicado en Telesurtv.net

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