lunes, 21 de octubre de 2019

UN GESTITO DE IDEA

Imagen de "Infobae"
Por Roberto Marra
Una idea se puede definir como una conceptualización que nace del razonamiento o la inventiva de una persona. En la búsqueda de entender, reflexionar o crear, se generan las ideas, que se explican mediante conceptos que hacen posible el desarrollo de conocimientos que pueden o no derivar en hechos científicos o filosóficos útiles material o espiritualmente. También se podría decir que representa la primera etapa en la búsqueda de la concreción de una utopía. Aunque la palabra idea también suele servir para expresar, simplemente, el concepto que se tenga sobre alguien o sobre algo.
Por esa particular forma de manifestar lo que se pretende sin decir lo que se piensa en realidad, el Poder y las organizaciones que crea para aplicar sus elucubraciones económicas sobre la sociedad, generan ámbitos donde expresar sus pensamientos y ponerle los límites a los gobiernos que les aseguren (a ellos) la continuidad y la profundización de sus dominios. “Marcarles la cancha”, dirían en el barrio.
Una de esas entidades en Argentina, es eso que han denominado “IDEA”, grupo de empresarios afines o partícipes directos del Poder Real, que realizan cada año sus reuniones para afirmar sus “convicciones” (entiéndase, intereses) ante las máximas figuras de los gobiernos de turno. Allí habrán de tirar sobre la mesa el mapa de sus objetivos, los caminos exigidos a las autoridades para llegar a ellos y las amenazas directas o indirectas que sabrán expresar en sus discursos para alinear a quien, eventualmente, pudiera querer “retobarse”.
En esos momentos es que se demuestra la “pasta” de la que están hechos los líderes políticos que se presentan ante esa caterva de impúdicos dueños de la economía y las finanzas. Es un tiempo clave para expresarles las convicciones y lo que implicarán para la continuidad de los planes que se haya propuesto el poder político. Es la señal de largada del conflicto con los poderosos, o de los contubernios que se concretarán a espaldas del Pueblo.
Allí se pone de manifiesto cuanto de cierto contenían las promesas de los gobernantes en sus etapas pre-electorales, y cuanto de valor se dispone para hacer frente a semejante conglomerado de oligarcas, dispuestos a cualquier cosa para conservar sus primacías sociales. Frente a ellos no caben dudas ni tropiezos, solo certezas y moral, transparencia y capacidad de conducción.
No podrá después haber desvíos de la ruta elegida, si lo que se pretende es alcanzar las metas que hagan a un desarrollo virtuoso de la sociedad. Lo que se diga frente a los “selectos” integrantes de IDEA, será solo el preámbulo de su cumplimiento estricto, la base discursiva que les asegure el convencimiento de quien se presente ante ellos y, lo más importante y doloroso para los comensales de esas lujosas mesas, el respaldo popular mayoritario al camino emprendido.
Paradojas del uso de las palabras, la sigla que los representa a este rejunte de poderosos, a pretendido manifestar un concepto que no pueden demostrar que forme parte de sus capacidades reales. O tal vez sí, al tratarse de una sola “idea”, la única que conocen y desarrollan desde siempre, la que ha dado lugar a las peores expresiones antipopulares y antipatrióticas, la que fuera capaz de matar a miles de opositores a sus designios o sumir a millones en la miseria más atroz para esquilmar las riquezas nacionales.
Ha llegado el tiempo del final de las dudas y las cobardías ante ese “supremo” Poder. Su único camino se ha vuelto intransitable, siempre bordeando el abismo de la inmoralidad, siempre apabullando al sometido y desechando seres humanos al costado de su oscura involución, siempre asociados al imperial enemigo de los pueblos. Ante ellos, ahora solo cabe la firmeza de las ideas, pero de las propias, de las derivadas del concepto que más les duele a los dueños de IDEA: la Justicia Social.

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