viernes, 23 de agosto de 2019

LOS PUEBLOS DEL MUNDO VENCERÁN

Imagen de "Resúmen Latinoamericano"
Por Roberto Marra
El imperio y sus adláteres europeos han ido siempre encontrado nuevos caminos para apoderarse de las riquezas ajenas o, en otros casos, para asegurarse el dominio estratégico de determinados lugares del Mundo que les permita contener los avances del desarrollo de otras naciones sin sus fatídicas intervenciones financieras y económicas. Lo hicieron con las colonias tomadas a fuerza de invasiones sangrientas, solo justificadas por sus actitudes pirateriles, y lo siguen haciendo con enclaves que resultan especialmente importantes para el desarrollo de sus intentos de absolutismo planetario.
Cuando la llamada “guerra fría” (que sí fue guerra, pero no tuvo nada de “fría”) culminó con la disolución de la Unión Soviética y todo su entorno europeo, Estados Unidos creyó ver el comienzo de una fácil apertura a sus ansiedades colonialistas, nunca abandonadas desde su propio nacimiento como Nación.
Hacia esos países “liberados” dirigieron sus andanadas de embozadas invasiones comerciales y financieras, logrando éxitos que les prodigaron una fácil dominación con los acostumbrados espejitos de colores con los que seducen a las poblaciones, convencidas previamente con sus ataques culturales, con los cuales penetran a la íntima convicción de cada ciudadano, destruyendo hasta los recuerdos más pequeños de sus orígenes y pertenencias.
Necesitaban “sacarse de encima” a los pocos reductos donde gobernaran auténticos representantes de sus pueblos o, aunque más no sea, sostuvieran actitudes independientes de sus determinaciones. Inventaron las llamadas “revoluciones de colores”, levantamientos “populares” que, a caballo de descontentos por cuestiones importantes, pero de imprescindible solución dentro de las fronteras de cada País, lograron imponer nuevos gobiernos a fuerza de la violencia genocida con la que acostumbran a imponer sus ideas.
Arrasando poblaciones continúan todavía en Libia y Siria, solo dos muestras de sus oscuridades persecutorias de la dominación absoluta del Planeta. Pero, la recuperación de Rusia y el avance incontenible del desarrollo chino, fueron el escudo con el que chocaron en el intento por barrer del mapa a todos y cada uno de las “rebeldes” naciones que se niegan a entregar sus decisiones soberanas a estos malandras disfrazados de “defensores de la libertad y la democracia”.
Amenazas, persecuciones, bloqueos económicos y financieros, propaganda sucia en contra de los gobernantes de esos países, rompimiento de acuerdos comerciales y armamentísticos, forman parte del arsenal (nunca mejor término) que desparrama por el Mundo, ya sin tapujos ni vergüenzas. Cuando ni así logran doblarles el brazo a sus eternos enemigos planetarios, emprenden otra vez con sus renovadas “revoluciones de colores” internas, mediante la acción de degradación de las conciencias de sectores con mayor predisposición a adquirir sus falsedades ideológicas.
Lanzan consignas que, mediante acciones psicológicas, logran introducir el veneno de la “oposición” en esos sectores poblacionales, hasta convertirlos en carne de cañon para el logro de sus objetivos de destrucción interna de sus enemigos. Así lo están haciendo en Rusia, con manifestaciones de algunos grupos que se alzan contra la supuesta “dictadura” de Pútin, endilgándole maniobras electorales fraudulentas dentro y fuera de su País. Y así también lo están realizando en China, inventando un conflicto en Hong Kong que infectó a millones de habitantes de ese Estado especial que fuera recuperado del imperio británico no hace demasiado.
Necesitan destruir la economía china a como dé lugar. Les es imprescindible abatir a ese enemigo que no entienden demasiado, que emprendió un camino que no abandonará, seguro, por estos ataques desesperados de quienes siempre se han sentido dueños del Mundo.
Atravesado por más problemas que soluciones, el monigote que oficia de presidente en Estados Unidos lanza sus bestiales amenazas tratando de asustar a un Pueblo que cumple con certeza los caminos trazados a tan largo plazo, que no puede ser comprendido por los reyes de la inmediatez, esos gobernantes que basan sus actos en la proliferación de la pobreza y el hambre donde pisan con sus ejércitos de armas o dólares, arrasando culturas y tomando las vidas ajenas en sus manos.
Son capaces de todo, incluso de hacer desaparecer la vida humana del Planeta, con tal de ser los “ganadores” de lo que nunca tendrán. Son atávicos descendientes de piratas y ladrones que deglutieron medio Mundo para satisfacer sus acumulaciones obscenas de fortunas robadas a los pueblos. Son la mentira diaria y permanente, repetida para ablandar las neurones de los desprevenidos, para reblandecer las certezas de los patriotas, para provocar que se abandonen las luchas centenarias por libertades que nunca llegaron del todo.
Con toda su tecnología y sus dólares lanzados al viento de la codicia de los traidores, ni así lograrán nunca abatir a la conciencia colectiva de los pueblos pretendidamente sometidos. Verán su derrota en cada mirada de desprecio de los niños amenazados, de las madres huérfanas de sus hijos, de los hombres abatidos pero jamás vencidos. Serán acabados con la simple unidad de los que queden vivos, con el sencillo acto de ignorar sus perversos mensajes sin sentido, con la justa venganza del trabajo denodado, hasta encontrar el camino a la mejor victoria de los pobres: la justicia social.

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