viernes, 19 de julio de 2019

PATOTEROS CONTINENTALES

Imagen de "La Voz"
Por Roberto Marra
No existe un disfraz más utilizado entre las élites políticas de cualquier país, esas que se desviven por demostrar sus sometimientos al imperio, que el de “demócrata”. Nadie como ellos para hablar de democracia, de libertad, de justicia, de transparencia y de estado de derecho. Todo lo que jamás hacen, lo que de ningún modo ejecutan, lo que nunca está entre sus verdaderos objetivos, forma parte del arsenal de palabreríos inútiles mediante los cuales se presentan ante sus pueblos y ante el Mundo, golpeándose el pecho como si fueran “auténticos patriotas” cuando, en realidad, son simples marionetas seducidas por el Poder que los maneja a su antojo.
Por aquí pasaron ahora esa runfla de chupamedias bananeros del Mercosur (con la digna e inigualable excepción de Evo Morales), haciendo alarde de sus carencias decisorias, sobreactuando sus sometidas condiciones de simples reproductores de la palabra de los dueños del Mundo, reuniéndose para consensuar el impulso a ese supuesto “tratado” con la Unión Europea que, de concretarse, será fuente de futuras desgracias populares, un pasaje de ida al infierno de la miseria y el subdesarrollo eterno.
Como no podía ser de otra manera, no faltó la referencia a Venezuela, paradigmática obsesión imperial a la que abonan, con sus miserables obsecuencias, estos personajes que ofician de presidentes de nuestras naciones, en realidad, meros “virreyes” al servicio del sistema económico-financiero dominante. Los patoteros Macri, Bolsonaro, Abdo Benitez, Tabaré Vázquez y Piñera, pretenden imponerle al Pueblo venezolano el calendario electoral, para destituir al actual y legítimo gobierno y colocar en su lugar a otro títere de sus mismas condiciones rastreras.
Es que no se contentan con dañar a los propios habitantes de sus respectivas naciones, para lo cual impulsan acciones que resultan tan ilegales, como ridículas sus pretensiones de liderazgos continentales. Cuentan con el tenaz acompañamiento de la (mal) llamada “prensa libre”. Libre , absolutamente, de verdades y certezas, libre de reconocimiento de la realidad evidente, libre de repetir hasta el hartazgo sus improperios noticiosos, donde el maniqueísmo triunfa siempre sobre los hechos que se niegan a verificar.
Como si se tratara de la infanteria de un ejército de imbéciles, millones de idiotizados creen, sostienen y repiten los mensajes de “sus” presidentes, esos delegados de un Poder que no se contenta con las estafas cotidianas y el robo sistemático con el que alimenta sus arcas manchadas del sudor ajeno y la sangre de los empobrecidos. Se construye así un mundo paralelo, necesario para poder justificar la guerra de bloqueos y despojos de los bienes con la que se pretende destruir a la Nación bolivariana.
En esos “actings” miserables, una y otra vez se dan la mano los hipócritas representantes de los sometidos, generando nuevos engaños, promoviendo nuevas muertes derivadas de la pobreza impuesta como condición para un “crecimiento” tan falso como sus discursos elaborados desde los “tanques de pensamientos”, que no son otra cosa que un grupo de malvivientes con ínfulas de intelectuales, bien pagados por el imperio para la construcción de la irrealidad que sirve de base para todas nuestras desgracias consumadas.
Pasaron por aquí estos sucios presidentes, vulgares ladrones de guantes blancos, manchando nuestra tierra con sus odios programados, firmando nuestras sentencias de muerte económica, desarmando la historia construída con el sacrificio de los desaparecidos, los torturados y los asesinados. Aquí estuvieron, listos para obligarnos a transitar el viejo camino del sometimiento, el oscuro barranco hacia el abismo de la miseria, señalando al supuesto “dictador” venezolano, paradójicamente electo por el masivo voto popular, como el causante de todos los males del continente que ellos están arruinando.
Los mentirosos, una vez más, reunidos para tratar de borrar los logros de los gobiernos populares. Los brutos, otra vez dispuestos para arruinar nuestro futuro. Los ignorantes de sus propias condiciones de sometidos, listos para ayudar a derrumbar la construcción de la Patria Grande. Y la salida, nuevamente, en manos de un Pueblo condenado a la reconstrucción permanente de sus sueños postergados.

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