domingo, 21 de noviembre de 2010

LA SEMANA INTERNACIONAL - 14 AL 20 DE NOVIEMBRE DE 2010

Por Walter Paz*

Ileana Ros Lethinen nació en La Habana en el ´58 y pertenece a ese grupo de cubanos que se fueron al momento de triunfar la Revolución cubana. Hoy es una legisladora norteamericana del Partido Republicano y furiosa defensora de la política de Bush, en realidad de la política imperialista. O sea, apoya la invasión, destrucción y ocupación de Irak, la guerra en Afganistán, la actividad en Pakistán, el apoyo irrestricto a Israel, y obviamente todo lo relacionado respecto a Latinoamérica, a nosotros, cuarta flota, bases en Colombia, tratados de libre comercio, la injerencia de la DEA, etc.

De ahí que no es extraño que haya sido casi la voz cantante del Congreso intitulado “Peligro en los Andes: amenazas a la democracia, derechos humanos y la seguridad interamericana” realizado el miércoles en Washington y al que asistieron personajes como Otto Reich ex-representante de la Casa Blanca para el cono sur, Guillermo Zuloaga empresario venezolano acusado de corrupción y hoy prófugo de la justicia. Este Congreso quizás, esté acorde a la victoria republicana de hace algunos días.

Ros Lethinen, justamente, abogó por una rectificación del rumbo en la política exterior que estaban estancadas en estos últimos años -ahora se vuelve posible por la nueva mayoría republicana tras las elecciones- o sea, la aprobación del tratado ALCA con Colombia, también con Panamá, pidió por una acción más decidida contra Hugo Chávez y aumentar la colaboración con los pueblos de países donde declina la libertad y la democracia como Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Ros Lethinen siempre estuvo y está vinculada al Lobby cubano-americano, por lo que es ferviente defensora de la política de bloqueo y a veces también ha hecho la apología del crimen, magnicidio, anhelando públicamente que alguien pudiera asesinar al presidente cubano Fidel Castro. En setiembre del año pasado viajó a darle el apoyo y a entrevistarse con goriletti, con pinochetti o con Micheletti como realmente se llama el que encabezó el gobierno golpista que derrocó a Manuel Zelaya, el auténtico presidente constitucional de Honduras.

Así como hoy se recuerda el Combate de la Vuelta de Obligado, uno de los episodios de la campaña militar anglo-francesa que vulneraba nuestra soberanía queriendo imponer la libre navegación de los ríos interiores a cañonazos. También queremos hacer un aporte pero de carácter internacional, eso fue en 1845. En la misma época Inglaterra hacía lo mismo en China con las Guerras del Opio (de 1839 a 1860 aproximadamente), imponían a la fuerza el libre comercio y la libre navegación de los ríos interiores en China y ya se lo habían impuesto a la India.

También un 20 de noviembre de 1989 se ponía en marcha -y van- la maquinaria bélica estadounidense siempre con slogans atractivos, “causa justa” en este caso, es decir la invasión yanqui a Panamá. La excusa era el autoritarismo de Manuel Noriega, su supuesta complicidad con el narcotráfico. Decimos supuesta porque luego de haber sido juzgado y condenado a 40 años de prisión en los EE.UU. con el tiempo se lo absolvió de los cargos por tráfico de drogas. Debía salir de la prisión en 2007 pero por un motivo o por otro lo dejaron hasta el año pasado en que se decidió trasladarlo a Francia para juzgarlo, cosa que se concretó en la primera mitad de este 2010, y allá está, en una prisión francesa, supuestamente hasta el 2017.

La invasión podría ser mirada como una más de las tantas llevadas adelante por los yanquis en el Caribe o Centroamérica, pero también agregarle los condimentos de la presencia de un personaje: Noriega, útil en su momento a Washington pero en el ´89 completamente devaluado y por lo tanto sacrificable. Condimentos como que se utilizaron unos 25.000 soldados yanquis en una operación que duró dos semanas en un estado que solamente tenía un cuerpo policial de 10.000 o 12.000 efectivos, ni siquiera eran soldados. Que se usaron por primera vez los cazabombarderos F-117 y el bombardero B-2, ambos con tecnología “invisible”, también hicieron su debut el helicóptero de ataque al suelo Apache y el de transporte Blackhawk. La mitad de la invasión en realidad ya hacía mucho tiempo que se había concretado porque en territorio panameño había instalaciones militares yanquis, de todos modos se hizo un lanzamiento masivo de paracaidistas de la famosa y fogueada en innumerables guerras división 82º Aerotransportada, la misma división del no menos famoso Rambo.

Todo esto para enfrentar a algunos miles de policías, la cantidad de muertos da para muchas especulaciones, sin embargo, un informe periodístico de la cadena norteamericana CBS menciona a 4.500 panameños muertos, y el Comando Sur del Pentágono puntualiza que fueron 500 los militares panameños muertos, o sea que los demás fueron todos civiles. 20.000 viviendas fueron arrasadas, sobre todo el populoso barrio El Chorrillo, si no me equivoco sería algo así como el barrio Echesortu arrasado.

Tras la invasión las cosas volvieron a ser como antes, salvo por los muertos y las pilas de escombros, incluso antes de aquel líder Omar Torrijos que logró hacer firmar en su momento la devolución a Panamá del Canal homónimo. Incluso mejor para los yanquis porque hicieron incorporar a la nueva constitución panameña la prohibición de tener ejército. Las malas lenguas decían que Panamá desde los tiempos del asesinado Torrijos estaba formando un embrión de fuerzas armadas, las malas lenguas decían también que a poco de comenzar el juicio a Noriega en Miami ya en 1991, la defensa de este anunció que presentaría como evidencia documentación en la que se acreditaba la participación estadounidense en atentados contra las vidas de Noriega y Torrijos, el gobierno yanqui acordó con la Corte que esa documentación no sería aceptada porque quedaría dentro de lo previsto para “información clasificada”, o sea no podía darse a conocer ni siquiera en un juicio. En definitiva, podría decirse que había ánimo de poner las cosas en orden por parte del Imperialismo, durante los primeros episodios de la Guerra de Malvinas, en el ´82, Panamá pidió en la reunión de la OEA la expulsión de los EE.UU. de ese organismo por la evidente actitud de apoyo a Inglaterra en el conflicto del Atlántico Sur. Panamá se estaba comportando como una oveja descarriada.
 
*Columnista del programa Sudestada
  emitido por Radio Nacional Rosario - AM1300 - Sábados de 7 a 9.30 hs.

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